Hoy, en uno de mis habituales paseos en bici por la ciudad, me he topado de frente con la procesión marinera del barrio de Puntales. Cientos de personas, montando en barcas, seguían una embarcación mayor sobre la cual iba la imagen de la Virgen del Carmen. Sabía de la existencia de este tipo de procesiones pero nunca había visto alguna. Ha sido una imagen muy emocionante.
Hace unos años tuve la oportunidad de participar en un equipo de trabajo creado para la organización de una exposición denominada "Cádiz y el mar". La parte que me encomendaron versaba literalmente sobre "devoción y magia: la religión a la orilla del mar". En el capítulo describía cómo los hombres y el mar han estado unidos, desde la noche de los tiempos, por un vínculo espiritual lleno de creencias de todo tipo. Desde el mundo antiguo con su pléyade de mitos, monstruos y dioses, hasta nuestros días, donde el cristianismo actual es preeminente en las creencias, el mar ha sido objeto de muchas representaciones. Hoy, al margen de algunos santos, es el Carmen, la advocación más marinera.
La imagen del mar como mujer pervive y se impone en la iconografía que plasma la relación entre el hombre y mar. Desde la Astarté fenicia hasta nuestros días, el mar, en su representación, ha preferido la imagen de una mujer, de una joven. Si en un tiempo en Gadir, fue la diosa Astarté la que fuera venerada en las playas de lo que hoy es la Caleta, hoy, 16 de julio, Cádiz mira al mar para encontrarse con la Virgen del Carmen. El eterno femenino, está ahí, entre las olas del mar y en el corazón de sus hombres.
Felicidades a las Carmenes de ayer, de hoy y de siempre.
Hasta la próxima, suerte y bendiciones.
1 comentario:
Qué bonita entraga bloguera Antonio. El mar y la devoción a la Virgen de Carmen me han acompañado desde pequeña por ser de familia con tradición marinera. Besos.
Publicar un comentario