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viernes, 15 de enero de 2016

49 años y un día...


Ayer, 14 de enero celebré mi 49 cumpleaños. Transcurrió como cualquier otro día laborable a excepción de las sinceras y alegres felicitaciones de familia, amigos y compañeros. A todos os doy las GRACIAS por acordaros de mí (gracias a Facebook también que ayudó bastante a que esta fecha se haga notar).

Ya se ha escrito bastante sobre esto de cumplir años. Yo también lo he hecho en este blog en años anteriores, así que no me voy a enrollar ni reiterar. Solo os diré, seguro que me repito, que cumplir años para mí es saber que sigo vivo, que me mantengo en el camino y que conservo las fuerzas para contarlo. Hasta ahora, no reniego del paso del tiempo (bueno, a veces cuando aparecen "minigoteras"), lo considero absurdo pues ir contra la ola solo te conlleva un revolcón. Así que lo que me aplico es intentar navegar sobre la cresta y disfrutar del viaje y del paisaje.

Como ayer fue un día laborable he trasladado las pequeñas celebraciones al fin de semana. Habrá que improvisar y ponerle un poco de imaginación, quizás le de al play y baile bajo las estrellas, no sé, algo se me ocurrirá, y como soy de gustos sencillos seguro que quedaré más que satisfecho.

En fin, amigos, lo dicho, muchas gracias de nuevo y os espero, al menos, el próximo año... que ya será el cumpleaños del medio siglo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

miércoles, 14 de enero de 2015

Años, cumpleaños, años...


Al despertar, lo atribuí, primero al delirio de la fiebre, luego a mi desencuentro existencial con los números y, finalmente, rendido a la evidencia de que el tiempo no se detiene, he asumido que, hoy 14 de enero, he cumplido, para mí y toda la humanidad, 48 años. Ahí queda eso.

El móvil, al vibrar con la primera notificación de Facebook, me confirmó que, ya era público mi abandono de los 47, y que tendría que empezar a afirmar que los 48 son una edad maravillosa. Lo son y si no, ya me encargaré yo de que lo sean.

Cumplir años es, siempre, una oportunidad de avanzar, de conocer nuevas realidades, nuevas posibilidades. Es mejor aprovecharlas, no resistirse.  Por muchos que se haya buscado, investigado y experimentado, luchar contra el tiempo es comenzar la batalla perdiendo.

Cumplir años es, también, una forma de tomar conciencia de que somos perecederos, que tenemos fecha de caducidad, que estamos de paso. Es un recordatorio de que debemos aprovechar cada minuto, cada segundo, para darle a nuestra vida profundidad y sentido.

Pero no nos pongamos profundos, esta entrada más que una reflexión, quiere ser una reivindicación de los cumpleaños que llenan los años de vida y no de los que llenan la vida de años. Terminemos, pues, con un mensaje positivo de que vivamos plenamente, buscando la felicidad, cada uno a su manera, al fin y al cabo solo se vive una vez.

A todos los que me habéis felicitado, muchas gracias, sin vosotros los 14 de enero serían muy muy aburridos.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 27 de octubre de 2012

Influencias...


Tengo un amigo que piensa que, últimamente, me he convertido en una "mala influencia" para su hijo mayor. No os asustéis mis queridos lectores, es, simplemente, una broma entre amigos. Nada más alejado de la realidad que yo pueda ser causa de perdición de un adolescente. Sí, es una broma, no temáis, aunque si lo pensamos detenidamente todos somos, de alguna manera, "influencia" para otros sin darnos cuenta.

Recuerdo de pequeño que mis padres se preocupaban mucho sobre las amistades que frecuentaba en el colegio y en el instituto. A casi todos los padres les ronda en la cabeza la certeza de que los amigos y compañeros de estudios pueden influir de forma negativa o positiva en sus hijos. ¿Qué padre o madre no "investiga" con quién anda su hijo/a? 

No niego que existe el riesgo de que las "compañías" pueden ser el origen de los caminos por los que pueda transcurrir la vida de nuestros hijos. Soy más partidario de creer que, si los hijos tienen claras determinadas ideas y conductas trasmitidas por padres y educadores, en ese orden necesariamente, nuestros hijos elegirán caminos que les lleven a la felicidad y el éxito, siendo así, menos vulnerables a las "malas influencias". Creo que la vacuna ideal para las combatir malas influencias es la comunicación fluida y de "ida y vuelta". A veces da "reacción" pero siempre ayuda a prevenir y, sobre todo, a curar.

Todos hemos recorrido ya una parte del camino de nuestra vida. En ese camino nos hemos encontrado con "buenas" y "malas" influencias. Sumar unas y restar las otras, depende de los valores y asideros que nos hayan trasmitido, de los anclajes que nos hayan enseñado y ofrecido para confrontar la realidad. Antes eran nuestros padres los que se preocupaban de nuestras amistades y, ahora, nos toca a nosotros. Son las vueltas de la vida. Recordar la vacuna... ¡hace milagros!

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

martes, 21 de agosto de 2012

Hoy puede ser un gran día... o no...


Hoy puede ser un gran día. Claro que también ayer lo pudo haber sido y mañana lo podrá ser. La canción de Serrat dice que "aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti". Pero, ¿qué parte depende de ti y qué parte no? A veces, las cosas te vienen rodadas cuesta abajo y otras muy pero que muy cuesta arriba. Tú le puedes poner mucho de tu parte, pero, a veces, según se presente esa parte que no depende de ti, el gran día puede ser un gran desgraciado día y otras un verdadero gran día".

No quiere ser esta entrada una defensa de que por fuerza la vida cotidiana debe ser maravillosa.  Más bien pretende reivindicar que hay días en los que aunque pongas mucha energía positiva el día dista mucho de ser maravilloso, espléndido y lleno de oportunidades. Creo que hay un exceso de literatura y frasesita cursi medio oriental, medio zen y medio "su p... madre" (perdón, creo que no se deben decir palabrotas en el blog) sobre como, por fuerza, hay que afrontar cada momento de la vida.

La canción de Serrat termina diciendo que "hoy puede ser un gran día, duro, duro, duro con él". Tres veces lo tiene que decir. Bien consciente es el amigo Joan Manuel de la realidad de la vida cotidiana. Por eso, pongamos todo de nuestra parte para que hoy, mañana y pasado, sean grandes días, pero si alguno se estropea o te lo estropean, pues ahí queda eso, nos fastidiamos que ya se nos pasará, tampoco hay que avergonzarse ni tener que forzar la máquina para sonreir por que lo dicen los cientos de "gurus" falsos que pululan por ahí.

A los que hoy han tenido un gran día ¡enhorabuena! y a los que no, pues un abrazote muy gordo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Il lume vacilla al vento...


El mes de septiembre, como todos los años, nos trae la vuelta a la realidad. Aunque muchos han vuelto ya al trabajo, septiembre es ya, sin remisión, el fin del verano. En Cádiz, agosto se despidió entre truenos y relámpagos y parecía que el invierno había llegado de repente y, aunque el sol ha vuelto a reinar en el cielo, algo ha quedado que nos dice que esto se acaba. El curso escolar empezará en pocos días y eso, a los que tenemos hijos escolarizados, nos conduce a una rutina y disciplina que no acabará hasta el próximo junio.

Septiembre da paso a un otoño cuyo panorama lejos de ser esperanzador, invita más al pesimismo que a otra cosa. El otoño nos traerá un cambio en la Constitución marcado por las leyes del mercado, unas elecciones generales y, según los entendidos, un agravamiento de la crisis. Unos temen por la pérdida de sus empleos y otros no tienen ninguna esperanza de encontrarlo pronto. Los recortes sociales han empezado y, estoy convencido que los que más lo van a notar son los más débiles, por que lo que más se va a recortar serán los servicios sociales, la sanidad, la educación...

Cuando el futuro es gris y desesperanzador ¿dónde encontrar las fuerzas para seguir adelante? Dicen que las crisis nos hacen más fuertes, que nos permiten dejar lo superfluo y nos hacen valorar lo realmente lo imporante y fundamental. Sin embargo, hay muchos que no resisten el envite. Mientras, unos como el trigo están bien sujetos al suelo aunque el viento y la lluvia los agiten a un lado y otro, otros, sin piedad, verán su luz apagarse por el viento. En los tiempos que llegan, además de buscar las fuerzas para avanzar, habrá que compartirlas con otros.

No nos toca mirar hacia atrás, el pasado nos enseña a no repetir pero no nos salva del futuro. Septiembre, octubre, noviembre, no van a dejar de llegar por que pensemos en junio, julio y agosto. El tiempo es un aliado, un compañero de camino con el debemos llevarnos bien pero resistirse a su compañía es absurdo.

A todos los que leen este blog, les deseo un buen regreso tras las vacaciones, un buen otoño y mucho ánimo para afrontar todo aquello que nos traerán los próximos meses.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Nada de tiempo, toda una vida...


Hace unos días, nuestro sobrino Andrés cumplió cuatro años. Lo celebramos, como siempre, con tarta, regalos y familia. Parece que fue ayer cuando este pequeñín consiguió, después de un par de días de lucha, salir del vientre materno (al que por cierto, dejó un poco perjudicado). Desde el minuto 0, sus ojos estuvieron muy muy abiertos y curiosos a cuanto sucedía a su alrededor y, os puedo asegurar, que en eso no ha cambiado nada, no se le pasa una. Andresito es muy alegre y divertido, además de curioso. Siempre hay dibujada una sonrisa en su cara y siempre hay algo por lo que preguntar. Tiene dos pasiones bien diferentes: su primo Antonio Juan y los dinosaurios. Con su primo, nuestro hijo, juega incansablemente y le secunda en todo lo que éste le propone, es su fan más incondicional. A los dinosaurios ya los distingue y clasifica y tiene proyectado ir al Museo de Ciencias Naturales de Madrid para ver un esqueleto a tamaño natural. Le encanta la naturaleza y la vive intensamente cuando va con sus abuelos a Conil, allí ayuda a recoger patatas, lechugas, cebollas, etc. y luego se muestra orgulloso de su trabajo.

A nuestra familia este niño ha llegado como un chorro de alegría e ilusión. Le queremos muchísimo, es nuestro gran pequeñín, y desde este blog, queremos desearte que cumpla muchos años más y por supuesto, que nosotros lo veamos. ¡¡Felicidades Andrés!!

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

lunes, 18 de octubre de 2010

El hombre de las mil caras...


Soy padre, esposo, hijo, hermano. Soy trabajador, vecino, amigo, alumno... También soy bloguero, bicicletero y, seguramente si hiciera un análisis más profundo, aún seré más cosas. Pero, para lo que quiero contar, con estas facetas es suficiente. Para ser responsable en cada una de las "ocupaciones" que he enumerado tengo, o tendría que, dedicarle un tiempo más o menos extenso a cada una de ellas. Teniendo en cuenta que, de lunes a viernes, el ser trabajador en horario de mañana y tarde, me ocupa muchas horas del día, estar a la altura de las demás resulta, en muchas ocasiones muy complicado. Conciliar la vida personal y familiar con la profesional no resulta nada fácil, ni es sólo cuestión de horarios. Justo en estos días estoy haciendo un curso en el trabajo y, a la vez, tenía una convocatoria para ir a una reunión de padres del colegio de mi hijo. No tenía opción a elegir. Curso o curso. A mi hijo le hubiera gustado que hubiera ido a la reunión con su madre. Siempre vamos los dos pero esta vez no ha podido ser.

Todo el mundo estará de acuerdo que, para poder ser y estar bien con los demás, hay que estar bien con uno mismo, y para eso también hay que tener tiempo. Hay que cultivarse y crecer por dentro para poder ofrecerse de verdad a los demás. No siempre es fácil.

Por otra parte, los fines de semana hay que visitar a la familia, ir el domingo a misa, quedar con los amigos, hacer la compra, limpiar la casa, ayudar a las tareas del "cole" del niño, escribir en el blog, salir a dar un paseo, leer, coger la "bici"..., sin embargo, al final, ni la mitad de la mitad.

Soy hijo, amigo, alumno, bloguero... pero, en realidad, ejerzo muy poco de mis facetas. Siempre decimos que lo importante es la calidad y no la cantidad. Será así, pero no siempre estoy de acuerdo, me gustaría más de ambas. No puedo desdoblar el tiempo, quizás podría organizarme mejor, y aún así, no todo sería como quiero. ¿Será que estoy pluriempleado? Puede, pero, a pesar de todo, no quiero renunciar a ninguna de las "mil caras" que por ahora tengo.

Desde esta entrada quiero romper una lanza para que, algún día, podamos ser todo aquello que "somos" con tiempo, calidad y, sobre todo, disfrutándolo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Un nuevo otoño...


He salido a hacer unos recaditos y me he encontrado de repente con el otoño en mitad de la calle. El sol lucía en el cielo azul, pero ya no tenía el color del verano, y de pronto una ráfaga de viento ha hecho que cientos de hojas empezaran a caer de los árboles. Ha sido un momento, pero me ha corroborado lo que ya sabía, que el otoño está aquí. Sin embargo, tenía planes para ir a la playa y, aunque el viento era fresquito, no he dejado de hacerlo. Y no sé si será el último; en estos días el tiempo cambia muy de repente, pero el baño que nos hemos dado mi hijo y yo ha sido estupendo.

Por delante quedan tres meses de otoño que se presentan intensos. Hasta que las fiestas de Navidad nos introduzcan en el invierno, la caída de la hoja viene llena de buenas intenciones tras el verano, de nuevos retos, de nuevas inquietudes. Algunos se malograrán, por una u otra razón, pero muchos verán la meta y nos harán ser más y mejores.

Por defecto el otoño se entiende como un tiempo de melancolía y nostalgia. Los días se acortan, el sol se nos oculta, y nuestro ánimo tiene tendencia a añorar otros días, otros tiempos, otros lugares más luminosos. Pero, ¿por qué decaer si el otoño tiene un montón de posibilidades? Desde esta entrada reivindico un otoño de colores, un otoño lleno de la luz del encuentro con los amigos, con los nuevos planes, con los nuevos desafíos. No olvidemos que aunque la hoja caiga, el árbol sigue vivo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

lunes, 23 de agosto de 2010

Unos vienen y otros van...


Un avión despega en Madrid rumbo a Boston y otro despega en Buenos Aires rumbo a Londres. Ambos se cruzan en mitad del Atlántico pero los pasajeros nunca sabrán unos de otros. Unos van y otros vienen.

La vida es un continuo ir y venir. Nos pasamos la vida yendo y viniendo de un lado a otro. Llegamos a la adolescencia dejando la infancia, y abandonamos la juventud para llegar a una cierta madurez. Algunos partirán antes de llegar a la vejez. Nacemos en una casa y, con los años, nos mudaremos a otra, y a otra, o más según el devenir de la vida de cada uno. Y si pensamos en el día a día, entonces el trasiego es frenético y agotador.

Con las personas nos pasa igual. Unos vienen y otros van, o mejor dicho, unos nos vienen y otros se nos van. Nos vienen amigos, familiares, nos vienen compañeros de trabajo, novios, esposos, amantes, más amigos, más familiares y más compañeros de trabajo. Igualmente, se nos van algunos amigos, algunos compañeros de trabajo, familiares, novios y también esposos.

Hay veces que el que viene lo hace de forma inesperada y entonces, es una sorpresa que nos descubre que la vida es como una inmensa terminal de aeropuerto, desde la que piensas partir pero que, en realidad has ido a recoger a otros. Son encuentros estimulantes, enriquecedores y llenos de vida. Otras veces, esperamos al otro, lo deseamos ardientemente, y si llega, entonces, es una venida que nos salva la vida. En estos casos nuestra existencia es una gran sala de espera, plena de impacientes y repleta de satisfacciones.

De la misma manera que unos vienen, otros se van. Nuestra estela de viajeros está llena de la espuma de tantos y tantos que se nos han ido quedando atrás. Fruto del paso del tiempo, por una incomprensión o la distancia, muchos se van.

Volamos hacia Boston o hacia Londres sin darnos cuenta que lo importante no es llegar sino quién viaja a nuestro lado, quién estará esperándonos y quién ha quedado atrás. Sobre el océano que es nuestra existencia hay miles de rutas que se cruzan y que están esperando para saber si son de ida o de vuelta.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

jueves, 22 de julio de 2010

Reinagurar la vida...

Juanjo, un compañero de Cáritas Española, nos ofreció como oración de comienzo de un curso, una canción de Luis Guitarra titulada "Desaprender la guerra". Hoy hemos sabido que Juanjo tuvo, hace unos días, un grave accidente de coche volviendo de sus vacaciones. Gracias a Dios, y pese a lo aparatoso del accidente, está bien y sus hijos que viajaban con él, también. Nos alegramos de corazón. Os dejo la hermosa canción en su vídeo original.

En la letra de la canción hay una frase que dice "reinagurar la vida". Le devolvemos como homenaje a Juanjo "su canción" por que él ha "reinagurado" su vida en esa carretera.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.