Cerca de mi trabajo, en la esquina de la calle Sacramento con Alcala Galiano, está "El Garbanzo Negro". Conocí ese bar por que me llegaron noticias de que allí se podía tomar a mediodía "vermuth de grifo" tal y como lo sirven en Madrid. Como un buen vermuth es siempre una invitación, nos acercamos un día y, desde entonces, como se dice por aquí "lo tenemos en nómina". De lunes a viernes, "El Garbanzo Negro" sirve unos menús del día muy ricos y de precios muy asequibles que combinan la comida tradicional con un toque de modernidad. El local es agradable y acogedor, tiene unas ocho o nueve mesas, una sencilla decoración y unos camareros amables y muy simpáticos.
A su dueño, José Carlos, lo conocí cuando ponía copas en el "M16" en el Paseo Marítimo de Cádiz. Era un local de cervezas y billar. Se escuchaba buena música y se pasaban allí unos ratos estupendos. Tras un tiempo sin vernos, me lo volví a encontrar tras la barra de "El Garbanzo Negro". José Carlos es de los que te hacen sentir en tu casa cuando atraviesas las puertas del local. No hacen falta más palabras para describirlo.
Este bar es el favorito de mis comidas de trabajo. Allí como cuando viene algún compañero de fuera de Cádiz o cuando quedo con algún amigo para almorzar en alguna ocasión especial. Si os tengo que recomendar algún plato en especial os diré que, de los primeros, el arroz negro está muy bueno, que los garbanzos (sin ninguno negro) con langostinos son exquisitos y que el cous-cous de pollo está para rabiar, por no hablar del salmorejo o de la berza gitana. De los segundos os recomendaría, bueno, de los segundos... no os hablo, esos platos mejor venís vosotros a probarlo.
A los amigos de "El Garbanzo Negro" les deseo mucha suerte con su negocio, estar día a día ahí, ofreciendo calidad no es fácil. Les agradezco los buenos momentos que nos han permitido disfrutar en su "casa". Este nuevo curso que empieza nos volveremos a ver de nuevo.
Hasta la próxima, suerte y bendiciones.
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