Mañana, 20 de noviembre, los españoles estamos llamados a ejercer nuestro derecho al voto para designar quiénes nos gobernarán en los próximos cuatro años, a elegir a los políticos que tendrán al país entre sus manos. Son las elecciones generales, con mayúsculas. Se juega en ellas el destino de un país, de millones de personas. No es para tomarlo a broma. Cada uno que vote conciencia o que no lo haga, es lo grande de la democracia, la libertad de elegir. Como hoy es día de reflexión, me abstengo de inclinarme hacia un lado o hacia otro.
Las elecciones generales son la respuesta a la espera de todo un país. Ciudadanos de nuestros pueblos y ciudades esperan que, de las elecciones generales, salga lo mejor para sus vidas, para la de sus familias, de sus amigos, vecinos, compañeros de trabajo. Personas como tú y como yo, esperan de las elecciones generales que el futuro se escriba en un lenguaje que todos puedan entender, que el futuro tenga un color que a todos guste, un lenguaje y un color que permita la mejora y el avance de nuestra sociedad.
Ahora bien, estas elecciones se celebran cada cuatro años, pero en la vida hay otras elecciones que se producen a cada momento, a cada instante. De esas elecciones se habla poco, no tienen una campaña previa y las podemos ejercer sin tener que esperar a que nos pongan una cabina, una urna y unas papeletas secretas. De estas elecciones personales y particulares hay otros que también están esperando. De tu elección de comprar en una tienda de comercio justo, esperan niños en los países del sur para poder ir a la escuela en lugar de trabajar; de tu elección de implicarte en un voluntariado social, esperan tu visita ancianos en soledad; de tu elección de no correr por la carretera o no beber si conduces, espera tu familia verte volver a casa; de tu elección de ser más tolerante y acogedor, esperan muchos extranjeros para sentirse en nuestro país como en su propia casa; de tu elección de... podría seguir enumerando elecciones, pero cada uno de mis lectores sabe cuál tiene que hacer.
Elecciones generales, elecciones particulares, ambas cambian vidas, ambas cambian mundos. Elige.
Hasta la próxima, suerte y bendiciones...
1 comentario:
Querido Antonio me es sumamente gratificante leer tu publicación, pues me traslada a una época en la que no nos dabamos quizas cuenta de todo lo que aprendíamos con Martin Baro, pero es que leyendote o escuchadote sin querer me traslado a los años felices que vivimos en la parroquia y la verdad que yo por lo menos, tanto añoro, no he encontrado desde entonces nada tan bueno, pero algo si que aprendi. besos, y no dejes de enriquecernos con tus comentarios o reflexiones. hasta pronto.
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