Hay veces que el milagro ocurre y el amor es correspondido dándose la felicidad máxima que el ser humano puede experimentar. Amar a otra persona siendo correspondido te eleva a las cimas de la felicidad. Pero, en otras ocasiones, el amor se detiene en una persona que no lo acogerá o que, por diversas razones, no podrá corresponderte y, entonces, el dulce sabor del amor se tornará amargo.
Mucha tristeza y melancolía han brotado a la sombra de un amor no correspondido o imposible, pero ¿quién puede elegir a quién amar o evitar hacerlo?
A aquellos que han encontrado el amor correspondido ¡enhorabuena! y a los que aman sin ser amados en la misma medida, no perdáis la esperanza. El amor, aunque ciego, también acierta y en cualquier momento, en este preciso instante puede traspasar tu corazón con sus caprichosas flechas.
Hasta la próxima, suerte y bendiciones.
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