Londres nos esperaba con los brazos abiertos pero con el cielo lleno de nubes. Desde el momento que aterrizamos la lluvia nos hizo de guía hasta el tercer día de nuestra estancia. Un poco incómoda, la lluvia en Londres es como el día al sol, así que, paraguas en mano, la incorporamos a nuestra visita como una atracción más.
La capital del Reino Unido de la Gran Bretaña no tiene comparación con ninguna de las ciudades que conozco pero, sin lugar a dudas, es una "city" con mayúsculas. La he encontrado fantástica. Confieso que me rendí a ella mucho antes de llegar, pero no imaginaba que me iba a encontrar tan cómodo, tan a gusto y tan integrado. Me han gustado sus calles, sus plazas, sus edificios, sus iglesias, en definitiva, me ha gustado todo, al menos lo que he tenido la oportunidad de conocer y visitar. Supongo que, como todas las ciudades de mundo, Londres tendrá sus zonas oscuras y grises, pero yo, en esta ocasión, no las he visto.
Mis nociones de inglés son muy básicas, y tenía serias dudas de cómo hacerme entender y como comprender en inglés. El primer encuentro no fue muy satisfactorio, no me enteré de nada, pero la segunda vez ya no salí tan dañado como la primera y el don de lenguas empezó a despertar. Es cierto que con las palabras “sorry” y “thank you” ya tienes gran parte ganado, pero hemos tenido que aprender más para poder salir airosos. ¡Qué verdad es que la necesidad agudiza el ingenio! En dos días ya sabíamos cómo se pedían las cosas, los precios y como preguntar cómo ir a un lugar que nos interesara. Y os tengo que confesar que ahora que he vuelto me hubiera quedado más tiempo para seguir aprendiendo inglés.
Samuel Johnson (1709-1785), para algunos la segunda figura literaria británica más importante después de Shakespeare, dejó escrito "when a man is tired of London he is tired of the life; for there is in London all that Live can afford..." (cuando un hombre está cansado de Londres, está cansado de la vida, pues allí se encuentra todo lo que la vida puede ofrecer). Tres siglos después, doy fe de que la frase sigue vigente o más si cabe. Museos, teatros, parques, monumentos, pubs, mercadillos… Londres ofrece al visitante y, por supuesto, al londinense, una gama tan amplia de posibilidades que la ciudad se convierte en una ciudad multicultural y cosmopolita, pues allí confluyen millones de personas a lo largo del año llegadas de todos los rincones del globo.
No soy capaz de resumir nuestra semana en Londres. Es mucho Londres para tan poco blog. Próximas entradas contarán más de esta estupenda e interesante experiencia.
Untill next time, luck and blessings…
3 comentarios:
Bueno, bueno, ¡vaya entusiasmo! Ahora me entiendes un poco más.
Yo siempre tengo ganas de ir a Londres, no me canso de volver. Yo sí conozco sus sombras, pero no me estorban. Es mi sitio para volver ¡siempre! y a veces pienso que sería precioso poder volver a visitarlo por primera vez.
Ya me contarás detalles.
¡Que bien! os imagino por London, y no me extraña que te sintieras cómodo porque os imagino allí entre ingleses y no desentonaríais nada de nada. Yo sin embargo cuando fui yo me sentí un poco bicho raro, jaja.
Una pregunta: ¿visteis a Peter Pan junto al Big Ben? Yo cuando estuve lo vio una noche... Un besazo
Cuanta añoranza de aquellos felices días.... I want to go back
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