Pasar la “frontera” hacia Portugal es como viajar en la máquina del tiempo y retroceder unos años con respecto a España. En Albufeira, centro turístico del sur portugués, las diferencias están más disimuladas, pero en los pueblecitos más apartados, todo se hace más evidente. Por capricho del azar he vuelto, en estos días, por tercera vez a Albufeira. Hace casi 20 años de la primera vez y la evolución es más que evidente. Se ha peatonalizado el centro urbano, se han mejorado los accesos a las playas, los aparcamientos se han regulado y, todo es más cómodo, organizado y ayuda considerablemente a una buena estancia.
Desde que en el siglo XVII Portugal dejara de ser española, tras unas décadas de anexión, los dos países han vivido casi de espaldas. Unos y otros, somos como hermanos que se llevan mal y, aunque deben entenderse, lo hacen a regañadientes. Los ingleses tienen más “presencia” en estas tierras. Históricamente han sido aliados y, muchos encuentran aquí su destino ideal para veranear. Todo está escrito en inglés, incluso, a veces, antes que en portugués. Luego lo podrás leer en francés, alemán y, si queda espacio en holandés o italiano. El castellano, bien es verdad que guarda gran similitud con el portugués, pero está obviado.
Están siendo días de descanso, de playa, de piscina, de paseos, de copas y helados. Si es esto lo que buscas el Algarve es un buen destino. Ahora, antes de volver al trabajo, unos días de “nada que hacer” sirven de estupendo colofón para las vacaciones de este año.
Da próxima vez a sorte e bênçãos ...
1 comentario:
Por Dios, qué lejos has hecho la foto, que no me veo en ella.
Besitos.
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