martes, 27 de julio de 2010

A más ver, Daniel...


Cuando conocí a Daniel personalmente, el tutor de mi hijo los dos últimos años, su fama ya le precedía. Todo empezó en septiembre de 2008, cuando mi hijo tenía que incorporarse al colegio para el nuevo curso. El final del curso anterior había sido un tanto "delicado", por decirlo de alguna forma, y la designación de un nuevo tutor para los próximos años me tenía inquieto y expectante. Por eso, con un poco de agobio, cuando fui a recogerlo a la salida del primer día, la primera pregunta que le hice fue si le gustaba su nuevo tutor. La respuesta afirmativa de mi hijo "me salvó la vida". Los días siguientes corroboraron la primera respuesta, y la cara del niño al ir al colegio lo decía todo. Cuando al fín lo conocí en persona, en la primera reunión con los padres, ya habían pasado casi dos meses. Yo iba convencido que iba a conocer a un buen profesional, pero, lo que me encontré fue un buen profesional, y además una buena persona. A lo largo de los dos años que han transcurrido hasta ahora, hemos colaborado como tutor y padres en la educación de Antonio Juan, de forma que nuestro hijo ha ido avanzando y madurando. Cuando le hemos necesitado, él ha estado ahí, no ha regateado dedicación y esfuerzo, se ha implicado personalmente y ha puesto todo sus conocimientos y experiencia para ayudarnos en todo lo que hemos necesitado y, en un tema muy concreto que nos tenía muy preocupados, nos ayudó de tal forma que le estaremos agradecidos eternamente. Pero lo mejor de todo, no es que haya hecho ésto con nuestro hijo, sino que lo ha hecho con todos los niños y padres de los que era tutor y han necesitado de su ayuda. La misión de educar a mi hijo hizo que la relación tutor-padre derivara en una buena amistad que confío dure muchos años.

En los próximos días, Daniel se casa y comienza una nueva aventura en su vida. Cuando me lo contó sentí una gran alegría por él, por los dos. Su travesía hacia el altar no ha sido muy larga, y aunque, en algunos momentos ha navegado contra viento y marea, el sábado, su barco llegará a buen puerto y, toda la gente que los quiere les estarán esperando para celebrarlo. Y es que si hay alguna fiesta feliz y esperanzadora, esa es una boda. Que dos personas digan al mundo que se quieren, que se comprometen y que van a empeñarse toda la vida en hacerse feliz, creo que es la imagen más bonita que puede existir. Un amor compartido y vivido en común es el origen de mucha felicidad y de muchos parabienes. Desde este blog le deseamos a Daniel y a Mamen todo lo mejor que se puede desear y, que, como dijo el poeta, que a partir de ahora, "todas las noches sean noches de bodas, que todas las lunas sean lunas de miel".

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

jueves, 22 de julio de 2010

Reinagurar la vida...

Juanjo, un compañero de Cáritas Española, nos ofreció como oración de comienzo de un curso, una canción de Luis Guitarra titulada "Desaprender la guerra". Hoy hemos sabido que Juanjo tuvo, hace unos días, un grave accidente de coche volviendo de sus vacaciones. Gracias a Dios, y pese a lo aparatoso del accidente, está bien y sus hijos que viajaban con él, también. Nos alegramos de corazón. Os dejo la hermosa canción en su vídeo original.

En la letra de la canción hay una frase que dice "reinagurar la vida". Le devolvemos como homenaje a Juanjo "su canción" por que él ha "reinagurado" su vida en esa carretera.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

viernes, 16 de julio de 2010

El eterno femenino...


Hoy, en uno de mis habituales paseos en bici por la ciudad, me he topado de frente con la procesión marinera del barrio de Puntales. Cientos de personas, montando en barcas, seguían una embarcación mayor sobre la cual iba la imagen de la Virgen del Carmen. Sabía de la existencia de este tipo de procesiones pero nunca había visto alguna. Ha sido una imagen muy emocionante.

Hace unos años tuve la oportunidad de participar en un equipo de trabajo creado para la organización de una exposición denominada "Cádiz y el mar". La parte que me encomendaron versaba literalmente sobre "devoción y magia: la religión a la orilla del mar". En el capítulo describía cómo los hombres y el mar han estado unidos, desde la noche de los tiempos, por un vínculo espiritual lleno de creencias de todo tipo. Desde el mundo antiguo con su pléyade de mitos, monstruos y dioses, hasta nuestros días, donde el cristianismo actual es preeminente en las creencias, el mar ha sido objeto de muchas representaciones. Hoy, al margen de algunos santos, es el Carmen, la advocación más marinera.

La imagen del mar como mujer pervive y se impone en la iconografía que plasma la relación entre el hombre y mar. Desde la Astarté fenicia hasta nuestros días, el mar, en su representación, ha preferido la imagen de una mujer, de una joven. Si en un tiempo en Gadir, fue la diosa Astarté la que fuera venerada en las playas de lo que hoy es la Caleta, hoy, 16 de julio, Cádiz mira al mar para encontrarse con la Virgen del Carmen. El eterno femenino, está ahí, entre las olas del mar y en el corazón de sus hombres.

Felicidades a las Carmenes de ayer, de hoy y de siempre.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

martes, 13 de julio de 2010

Todos rojos...


No cabe duda que, estos últimos días, gracias al papel jugado por la selección española en el Mundial de Sudáfrica, la situación anímica de España ha dado un giro de 180º. Una sociedad triste, apesadumbrada y pesimista a causa de la crisis ha tornado en una sociedad alegre, eufórica y optimista, todo gracias al deporte. ¿Pan y circo?

¿Podríamos aprender algo de la victoria de “La Roja”? Frente a una sociedad muchas veces dividida, crispada o individualista, los jugadores nos han regalado una lección de esfuerzo, trabajo en equipo y deportividad. ¡Qué denostados estaban hasta estos días estos valores! “La Roja” nos ha demostrado que, con esfuerzo y dedicación, que aglutinados en grupo y con buen talante, la victoria está garantizada. ¿Podrían tomar nota nuestros políticos y adoptar estos mismos valores en estos momentos difíciles?

Nos han enseñado que mejor juntos que solos. La reunión de muchos talentos propicia un resultado óptimo. ¿Podrían recordar nuestros políticos el esfuerzo de aquellos que hicieron la transición que sacrificaron las cuestiones particulares por conseguir el bien colectivo?

Nos han demostrado que es juego limpio. Hemos podido comprobar la nobleza y humildad en el juego de nuestros campeones, se han preparado a conciencia y han practicado buen fútbol, como ejemplo, el partido de la final, donde recibieron leña por un tubo y mantuvieron el tipo correctamente. ¿Podrían nuestros políticos recuperar las buenas prácticas en su quehacer diario (diálogo, argumentos, propuestas de mejora, etc.)?

Nos han invitado a ser optimistas. PODEMOS sin complejos, con esfuerzo y trabajo, nuestra selección se lo ha creído. Sin duda el optimismo es un motor que no debe faltar nunca para llevar a cabo una buena empresa.

¿Se han olvidado los ciudadanos y nuestros políticos en general de estos valores? ¿Lo recuperaremos ahora? “La Roja” ha logrado que gran parte de España "se sienta unida" en un proyecto y en una ilusión colectiva. Esperemos que este estímulo se materialice y dure, que sirva para reforzar nuestra confianza y, que los representantes del pueblo y todos, tomemos nota de estas lecciones que hemos recibido de nuestros campeones y lo apliquemos lo más pronto posible. ¿Podrán? ¿Podremos?

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 11 de julio de 2010

La regla de oro...



Según el evangelista Mateo, y también de otras muchas culturas y religiones, la regla de oro para la convivencia entre los seres humanos, es "todo lo que querrías que hicieran los demás por tí, hazlo tú por ellos". En esa frase condensa el evangelista el secreto de la perfecta relación entre los seres humanos. Es evidente que no harías nada en contra de otros si tuvieras la certeza que recibirías el mismo trato inmediatamente después. Ahora bien, si supieras de antemano que el otro te devolvería el bien que le hicieras, estaríamos siempre haciendo cosas buenas por los demás. Pero... como tenemos más experiencias de no recibir el mismo trato del otro, en un caso y en otro, pues la regla de oro queda día tras día donde Mateo la puso, en el capítulo 7 versículo 12 y no en medio de la vida cotidiana.

En la actualidad, a la regla de oro la llaman "relación de ayuda", "empatía"... y más cosas que no cito ahora. Me parece bien que la llamen como quieran, mientras consigan que la gente trate a los demás bien y el ambiente mejore y la amabilidad, la afabilidad se instalen un poco más entre nosotros y las tensiones, el egoísmo y la mala educación que nos separan se alejen mucho mucho.

La vida cotidiana está llena de momentos en los que, si aplicamos la regla de oro, podemos alegrarnos un poco la vida. Si sabes que alguien que conoces está enfermo, visítalo, o llámalo o manda un sms, que alguien se interese por tí te ayuda a sanar. Si un amigo se va de viaje hazle saber que le deseas lo mejor, que alguien se alegre contigo, multiplica la felicidad que se siente. Si sabes que un compañero no está en su mejor momento personal, busca una excusa y ponte a su lado y a su disposición, cuando te ayudan a llevar una carga pesada, el alivio que se experimenta es inmenso.

Quizás, haya puesto unos ejemplos exagerados, lo admito, voy a poner unos más asequibles: si te mandan un e-mail no tardes dos semanas en contestarlo, si te invitan a comer o a cenar o no hace falta que devuelvas la invitación, pero un mensajito diciendo que lo pasaste genial y que la comida estaba riquísima, hace el mismo efecto, si te prestan un libro, devuévelo en cuanto lo leas, y para no olvidar a Mateo, si alguien te pide que le acompañes una milla, pues no seas flojo y anda dos, en la segunda milla es donde te sentirás mejor. Ya no voy a poner más ejemplos, estoy seguro que vosotros tenéis los vuestros y así hacer la lista interminable.

Y ahora, para terminar, os propongo que os pongáis en el lugar del enfermo sin visitas, del que se va de viaje, del compañero que está "chungo" o del que te ha enviado un mail y no recibe respuesta, o de tus anfitriones en la cena de ayer, o del que te prestó un libro y no volvió a ver. Uf, no te ha gustado la experiencia, ¿a qué no?

Pues ya sabéis, todo lo que os gustaría que te hicieran a tí, empieza mañana a hacérselo a los demás. Yo os aseguro que da resultado, al principio hay que tener paciencia, "hay gente pa tó", ya lo dijo Rafael Guerra "el Gallo", pero con tiempo y la insistencia en tratar bien a los demás, la cosa se va mejorando y, si somos cada día más, este mundo lo arreglamos antes de que vuelva a cambiar el milenio. Seguro.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

jueves, 8 de julio de 2010

Vodafone = Timofone

El último regalo de boda que nos hicieron fue un móvil. Nos lo regaló el bazar "La Paloma" por haber puesto allí una parte de nuestra lista de boda. El teléfono en cuestión era de la marca Alcatel y la compañía a la que nos incorporaban era Airtel. Reconozco que todo suena a época prehistórica, pues ni el bazar "La Paloma" existe, ni las listas de bodas, ni Airtel tampoco. En realidad han pasado sólo trece años pero todo va muy rápido, demasiado a veces. Resumiendo, que desde hace trece años somos clientes de Airtel, desde hace un tiempo Vodafone.

Desde que recibimos el móvil Alcatel de regalo por la boda, Airtel nos hizo formar parte del Plan Tarde, llamadas más baratas a partir de las cuatro de la tarde y los fines de semana. A lo largo de los trece años Vodafone no nos ofreció nada, comprendo que no nos deben regalar nada por nada, pero si a los nuevos clientes les ofrecen de todo y a los que intentan captar de otras compañías aún más si cabe, tampoco les hubiera costado nada, fidelizarnos de alguna manera. Pues no, sólo hace unos meses cuando haciendo caso a una compañera más lanzada que yo, decidí retar a la compañía diciéndoles que me iba a otra, que me ofrecía algo mejor, Vodafone me ofreció un móvil nuevo, que al final resultó peor que el que tengo ya. Lo único que conseguimos fue que a Inés, mi mujer, le ofrecieran, sólo a ella, que gasta muy poco, un plan "diminuto", de llamadas más baratas.

Sin embargo, hace dos meses una comercial muy amable y simpática, me llama y me dice que, después de analizar mi factura, han descubierto que me conviene mucho más una nueva tarifa plana que me hará pagar lo mismo o menos, pero pudiendo hablar más de forma gratuita que lo hago ahora. Ingenuo de mí, que me lo creí y pensé que había entrado en el club de los clientes antiguos que se benefician de su fidelidad. Ayer me llegó la nueva factura y resulta que he pagado el doble. ¡¡¡El doble!!! y no menos como me dijo la simpática y amable comercial.

El caso es que cogí el móvil con determinación como no lo había cogido en los últimos trece años y, con la factura en la otra mano, decidí volver a mis tarifas anteriores, volver dos meses atrás por no poder hacerlo a trece años atrás. La sorpresa fue MAYÚSCULA, pues la comercial que me atendió me dice que no puedo volver a la tarifa anterior (Plan Tarde) por que ya no existe y que mi mujer tampoco, pues el plan "diminuto", no admite el cambio de tarifas, que cuando uno renuncia no puede volver a él, algo que no me explicó cuando me ofrecieron el cambio a la tarifa plana. Así que aquí estoy, timofoneado y atado a Vodafone hasta noviembre por una permanencia que me obliga a pagar 60 euros si me doy de baja.

Por eso, en mitad de mis vacaciones, estoy buscando un vaso y un hilo para hacerme un móvil libre y sin ataduras a ninguna compañía. Cuando llegue el otoño con la caída de la hoja y su melancolía cambiaré de compañía y, si por si acaso, cuando llegue ese tiempo me he olvidado, por favor, recordádmelo o decídmelo en el blog.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.