miércoles, 9 de mayo de 2012

Volver... y seguir...



El pasado sábado estuvimos invitados en la celebración del Bautizo y Primera Comunión de los hijos de unos amigos. La celebración religiosa tuvo lugar en la parroquia de San Lorenzo y el almuerzo en Restaurante Campus en Puerto Real, en la Facultad de Ciencias de la Educación. La última vez que estuve allí, hace ahora 22 años, no era Facultad sino Escuela Universitaria de Magisterio. Al igual que yo se ha hecho mayor y hasta parece que ha prosperado en la vida.

Del año 1987 al 1990 estudié allí y cuando empezó el primer curso de Magisterio la llama de la vocación por la docencia de por vida, brillaba tímidamente pero, al terminar el tercer año, la llama estaba más que extinguida. Sin embargo, no me arrepiento de haber estudiado allí por que aprendí cosas que aún me sirven y por que allí conocí a personas muy interesantes y muy importantes para mí.

Recordaba el edificio, sus jardines y su entorno natural lleno de pinos. Sin embargo, cuando el sábado los volví a ver, comprobé que el edificio estaba casi igual, pero los jardines estaban más que descuidados. Una lástima, por que, en mis tiempos, ese rincón con sus arbustos floridos y la fuente central, alegraban los ratos libres entre clase y clase.

Aparte de la celebración que estuvo estupenda, solo por recordar aquellos días en ese lugar, ya mereció la pena volver, pero sobretodo fue emocionante por volver con la maravillosa mujer a la que conocí allí y que hoy es mi esposa y por que nuestro hijo nos acompañara en esta ocasión.

Han pasado 22 años. Mirando hacia aquella época, parece que casi fue ayer cuando dejé atrás ese tiempo precioso de estudios y experiencias de juventud que, a pesar de fluir rápido, dejan una huella imborrable. Dice el adagio latino "tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra" (el tiempo vuela, como las nubes, como los barcos, como las sombras) y por eso, hay que aprovecharlo, tomar lo que nos aprovecha y nos hace seguir adelante con la cabeza fría, el corazón caliente y, siempre adelante, siempre adelante.

La comparación de las fotos (la de la derecha nos la hizo Antonio Juan y la de la izquierda una amiga de aquel tiempo que aún lo es) deja claro que el tiempo no corre sino que vuela.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.