domingo, 12 de mayo de 2013

Buenos vecinos...


Hemos asistido, este fin de semana, a la boda de la hija de Manuela, una de las vecinas de mi madre de toda la vida. Mi madre y ella llevan más de cuarenta años compartiendo la vida. Juntas han vivido grandes acontecimientos como nacimientos, cumpleaños, enfermedades, bodas... pero también la vida cotidiana, que es en la que se fraguan las buenas amistades. Sus cuatro hijas, mi hermana y yo hemos vivido a la sombra de esa buena vecindad que, en estos tiempos, se está perdiendo en las comunidades de vecinos.

Manuela y mi madre, se ayudaban sin esperar nada a cambio. Cuando había que dejar los hijos con alguien, ahí estaban ellas, cuando te faltaba un poco de sal o una patata para hacer la tortilla, a horas en las que la tienda estaba cerrada, ahí estaban también y si llovía y tenías ropa tendida, no faltaba el aviso para recogerla antes de que se empapara. Con Manuela y su familia nos hemos reunido muchos 31 de diciembre para tomar las uvas y en la tarde de Reyes no se cortaba el rosco hasta que ellos llegaban. Y entre los niños, si de jugar se trataba con sus hijas, especialmente, con Almudena y Montserrat, hemos jugado hasta caer rendidos.

En los tiempos que corren, los vecinos ya no lo son tanto. Más bien, los vecinos son, ahora, esas personas que viven en tu mismo bloque y con los que cruzas un simple saludo cuando te los encuentras en el ascensor. No es que te lleves necesariamente mal con ellos, es que simplemente no te llevas. Los tiempos cambian y ahora vivimos de forma más independiente y sin "necesitar" del otro. Son redes de otros tiempos, de otra manera de entender las relaciones. Me consta que aún quedan buenos vecinos al estilo de Manuela y mi madre, pero empiezan a ser una especie en extinción.

La crisis ha puesto de manifiesto este decaimiento de las buenas vecindades. Cuando la vida te iba mal, la familia y los vecinos se echaban una mano y se ayudaban a "capear el temporal". Ahora si la vida te viene mal, la familia, si la tienes, puede que te siga ayudando, pero los vecinos escasean o ya, simplemente, no lo son.

Cuando veo a mi madre y a Manuela juntas recuerdo esos tiempos en los que, en tu bloque, no eras solo un inquilino más, sino un vecino al se que le conocía y reconocía por su nombre.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Bond, James Bond...


Se cumple este mes de mayo, el cincuenta aniversario del estreno en España, del primer film de James Bond que llevaba por título "Dr No". En realidad, su estreno mundial había tenido lugar en Londres, en octubre de 1962, pero como aquí todo llega con cierto retraso, el cumpleaños feliz hay que cantarlo, en español, en 2013.

James Bond se convirtió, desde su aparición en el cine, aunque ya era conocido por las novelas de Ian Fleming, en el agente secreto más famoso de todos los tiempos. Indiferente o adorado para unos, denostado por otros, es, sin embargo, y eso es indiscutible, un personaje indispensable cuando pensamos en el cine de acción de la segunda mitad del siglo XX. 

Connery, Dalton, Moore, Brosnan, Craig se han metido, con mayor o menor éxito, en la piel del espía que tiene "licencia para matar" y que, aún, sigue "al servicio secreto de su Majestad". Otros, como Orlando Bloom, Mel Gibson o Russell Crowe dejaron pasar, para bien o para mal, su oportunidad de pasar a los anales del cine como un hombre con futuro pues para él "el mañana nunca muere"

El mundo que vio nacer, para el celuloide, a James Bond era tan convulso como el que vivimos actualmente.   Ahora, es una crisis económica que arrasa con las condiciones de vida de millones de personas, entonces, una crisis nuclear entre EE.UU. y la URSS que puso al mundo al borde del abismo. En ese escenario, el espía que "solo vive dos veces" tuvo que afrontar sus propias batallas. En medio de crisis mundiales y enfrentado a grandes villanos, Bond, salió siempre triunfante y rodeado de maravillosas chicas. Ahora, en "Skyfall", su última película, a punto a estado de quedarse sin trabajo como millones de sus coetáneos. En estos tiempos en los que está el "panorama para matar" nadie estamos libres de correr graves peligros.

Viajero incansable, sus aventuras le han llevado por todo el mundo. En España también recaló. Ha visitado ciudades reales que se interpretan a sí mismas como Bilbao o ciudades que interpretan a otras, como le pasó a Cádiz que se metió en el papel de su hermana cubana. Frente a inmortales edificios de París, Estambul o Shangai o recorriendo las calles de Hong-Kong, Nueva Orleans o San Petersburgo, James Bond es, en sí mismo, una fabulosa guía de viajes.

De su paso por Cádiz, os dejo un trío fabuloso formado por el agente secreto, su chica bond y nuestra playa de La Caleta.


¡Felicidades Sr. Bond! Brindaré con un "martini con vodka, mezclado no agitado" o con una copa de Bollinger por sus próximos 50 años.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.