miércoles, 28 de agosto de 2013

Vacaciones en Lisboa y Galicia II


Terminé mi anterior entrada volviendo de O Grove y Sanxenxo y anunciando nuevas "aventuras gallegas". Las islas Cíes fueron nuestra siguiente visita. Cogimos el barco que nos llevó al Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Tras 45 minutos de navegación tranquila por la Ría de Vigo llegamos a la isla de Montefaro, una de las tres islas que forma el archipiélago. Nuestra jornada consistió en recorrer la ruta que nos lleva hasta el Faro de las Cíes. El paseo que tarda en recorrerse unas dos horas aproximadamente tiene una longitud de 7 kilómetros y conduce hasta un lugar con unas vistas impresionantes. Es el sendero más popular y, ciertamente, el que ofrece mejores vistas de las islas y de la Ría de Vigo. 

A la vuelta, hicimos una parada en la playa de Nuestra Señora. Creo que puedo afirmar que es la playa más impresionante que he visto nunca. La arena es blanca, fina y suave y el mar es transparente. La única pega, si es que se puede poner alguna, es que el agua está fría, muy fría. Al entrar casi se pierde el aliento pues el agua está a unos 15 grados de temperatura. Sin embargo, está tan limpia que al sumergirnos, pudimos ver el fondo que parece un acuario lleno de peces de diferentes tamaños y colores. 

El día siguiente lo decidimos pasar en Tui. Esta ciudad, en la frontera con Portugal, nos encantó. No estaba en nuestros planes visitarla pero nos alegramos de incluirla en nuestra ruta. Tui es una ciudad tranquila, de carácter medieval, se puede pasear por sus calles sin bullicios ni sobresaltos. Posee un casco histórico muy bien conservado y su catedral destaca por encima de todo el conjunto. Decidimos visitarla siguiendo la visita guiada que nos ofrecieron y nos fascinó poder subir a sus torres, a las capillas altas, visitar la sala capitular, el claustro y otras dependencias que no hubiéramos visto sin esta visita. Las vistas del río Miño y de la ciudad fortaleza de Valença, al otro lado de la frontera, son impresionantes desde la cubierta de la catedral. Comimos en un albergue de peregrinos unos ricos pimientos de Padrón, unos sabrosos mejillones y angulas, típicas de Tui que se pescan en el Miño.

Como colofón a nuestro periplo por Galicia hemos estado, hoy mismo, en Santiago. Era una visita obligada. No hemos llegado como peregrinos "oficiales" pero hemos ido a la catedral a cumplimentar al Santo y, luego, nos hemos perdido por sus calles y plazas. El sonido de las gaitas, frente a San Martín Pinario, me ha emocionado. La ciudad desprende una energía a la que es imposible no rendirse. El fluir de peregrinos y turistas de tan diferentes orígenes, mezclados con los habitantes de Santiago, crea un ambiente multicultural y fascinante. 

Santiago pone punto final a nuestras vacaciones en Lisboa y Portugal. Han sido unos días estupendos para desconectar y conocer nuevos paisajes y ciudades.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 25 de agosto de 2013

Vacaciones en Lisboa y Galicia I

Espero que achaquéis mi pocas entradas últimamente, a que estamos en verano y es tiempo de vacaciones. No es del todo cierto, pero puede ser una buena excusa para justificar mis ausencias. Confío en vuestra benevolencia.

Lo que sí es cierto es que he aprovechado los últimos días de vacaciones de este verano para viajar a Lisboa y Rías Bajas en Galicia junto a la familia. En mitad de nuestro viaje, aprovecho para escribir esta entrada y contar algunas cositas que me han parecido interesantes.

De todas los lugares de Lisboa que hemos visitado destacaría las plazas de la zona del barrio de la Baixa. Rossío, Figueira y Restauradores conforman un enclave momumental del que parten calles elegantes y aristrocráticas hacia la fastuosa plaza del Comercio a orillas del Tajo. Los tranvías que recorren toda la ciudad son un estupendo transporte para desplazarse por esta zona bulliciosa y animada. De la plaza de Restauradores parte la avenida de la Libertad que conduce hacia la plaza del Marqués de Pombal donde Lisboa se hace una ciudad moderna y, personalmente, creo pierde su identidad. Por destacar algo particular de la Baixa, me quedaría con el elevador de Santa Justa que te ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad.

En mitad de nuestra estancia en Lisboa, visitamos Sintra. Esta ciudad, fue residencia estival de los reyes de Portugal y posee un conjunto de palacios dignos de visitar. Nosotros nos detuvimos en la Quinta da Regaleira. Este palacio, construido por Carvalho Monteiro, millonario e intelectual portugués, está rodeado de jardines, fuentes, grutas, estanques y una serie de monumentos enigmáticos relacionados con la alquimia, la masonería y los templarios. Completamos la visita a Sintra con una parada en una pastelería típica donde comimos unos ricos "traveseiros" y unas buenísimas "queixadas".

Dejamos Portugal, haciendo una visita relámpago a Oporto. La ciudad a orillas del Duero nos dejó con ganas de más, así que algún día volveremos a conocer más detenidamente esta ciudad portuguesa.

Cuando escribo esta entrada estamos ya en Galicia, concretamente en las afueras de Vigo. El primer día hemos visitado Baiona, donde hemos comido una estupenda paellita con gambas y vieiras, hemos paseado por sus playas y conocido su historia colombina, pues aquí llegó, a su vuelta de América en 1493, la carabela la Pinta. De camino a casa, en Gondomar nos encontramos con una Feria Medieval que nos trasladó a la Edad Media gallega.

Por último, os cuento que hoy hemos pasado, en primer lugar, por el Monasterio de San Xoan de Poio, para luego seguir hacia Combarro, Sanxenxo, O Grove y La Toja. No me extiendo en los detalles, pues todo lo que hemos visto y "comido" nos ha parecido genial y buenísimo. 

Aún me quedan planes por aquí, ya os los contaré, lo prometo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.