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martes, 31 de diciembre de 2013

Si San Silvestre levantara la cabeza...


Algo tienen todos los "últimos" que nos llaman la atención de forma especial. Por encima de los demás, el 31 de diciembre se lleva "la palma" en esta corriente de enaltecer todo aquello que está inevitablemente predestinado a morir. Los dolores del parto del fin de año han comenzado y, en pocas horas, un niño que llevará por nombre "2014" vendrá al mundo para alegría de unos y tristezas de otros. Como sus predecesores, no contentará a todos, quizás a nadie, pero al nacer congregará a muchos en la esperanza de algo un poquito mejor.

Este viejito que nos deja a medianoche, que se vaticinaba venturoso al nacer, muere denostado por casi todos. Paro, guerra, crisis, enfermedad han ensombrecido de forma generalizada cualquier atisbo de alegría que si se tiene, da casi vergüenza celebrar cuando tantos millones de personas padecen, en el día a día, penurias y tragedias difícil de aliviar. El niño que viene, tampoco parece que vaya a cambiar la tendencia... subida de la luz, la discutida LOMCE, promesas en un año pre-electoral (no sigo para no endurecer más la entrada...), no hablan bien del pobre 2014 que llega ya. Pero ¿qué hacer en estos casos? ¿dónde encontrar un poco de luz entre tanta oscuridad?

No tengo la respuesta, lo siento, ya me gustaría a mí poder ofrecérosla como regalo de año nuevo, pero... Sin embargo, sí os puedo decir que no serán otros los que nos ofrezcan la luz salvadora, los que cumplirán nuestros deseos. Siempre he desconfiado de los "iluminados" que se atribuyen el atrevimiento de venir a salvarnos con maravillosas fórmulas. Yo creo que más bien somos tú y yo, él y nosotros los que podremos cambiarlo todo... un pequeño gesto de amor o bondad, una sonrisa, un atrevimiento de decir lo que sientes, una palmada en la espalda, una llamada a destiempo... pequeños actos de personas sencillas que sí pueden hacer que el mundo gire en el eje de la justicia y la felicidad para muchos.

Las contracciones se aceleran, 2014 está cada vez más cerca... démosle una oportunidad. Todos nos merecemos una nueva oportunidad siempre, y confiemos en que, en el año que comienza, con un poquito que pongamos de nuestra parte, mejore la vida de muchos.

Confío que San Silvestre que contempla como los años finalizan, siglo tras siglo, cuando levante la cabeza lo vea todo mejor de como lo vemos nosotros.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 27 de octubre de 2012

Influencias...


Tengo un amigo que piensa que, últimamente, me he convertido en una "mala influencia" para su hijo mayor. No os asustéis mis queridos lectores, es, simplemente, una broma entre amigos. Nada más alejado de la realidad que yo pueda ser causa de perdición de un adolescente. Sí, es una broma, no temáis, aunque si lo pensamos detenidamente todos somos, de alguna manera, "influencia" para otros sin darnos cuenta.

Recuerdo de pequeño que mis padres se preocupaban mucho sobre las amistades que frecuentaba en el colegio y en el instituto. A casi todos los padres les ronda en la cabeza la certeza de que los amigos y compañeros de estudios pueden influir de forma negativa o positiva en sus hijos. ¿Qué padre o madre no "investiga" con quién anda su hijo/a? 

No niego que existe el riesgo de que las "compañías" pueden ser el origen de los caminos por los que pueda transcurrir la vida de nuestros hijos. Soy más partidario de creer que, si los hijos tienen claras determinadas ideas y conductas trasmitidas por padres y educadores, en ese orden necesariamente, nuestros hijos elegirán caminos que les lleven a la felicidad y el éxito, siendo así, menos vulnerables a las "malas influencias". Creo que la vacuna ideal para las combatir malas influencias es la comunicación fluida y de "ida y vuelta". A veces da "reacción" pero siempre ayuda a prevenir y, sobre todo, a curar.

Todos hemos recorrido ya una parte del camino de nuestra vida. En ese camino nos hemos encontrado con "buenas" y "malas" influencias. Sumar unas y restar las otras, depende de los valores y asideros que nos hayan trasmitido, de los anclajes que nos hayan enseñado y ofrecido para confrontar la realidad. Antes eran nuestros padres los que se preocupaban de nuestras amistades y, ahora, nos toca a nosotros. Son las vueltas de la vida. Recordar la vacuna... ¡hace milagros!

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Santa Cecilia, patrona de la música


La que hoy veneramos como patrona de la música, Santa Cecilia, nació en el siglo II d.C en una familia patricia de la antigua Roma. Según las hagiografías, basadas en los textos más antiguos donde se la cita, llevó una vida ejemplar, aunque otros creen que su existencia es más una leyenda y un mito que una realidad. Sabemos que fue martirizada por su fidelidad a la fe cristiana en tiempos poco propicios a la libertad religiosa y, que sus reliquias, han ido de allá para acá a lo largo de los siglos hasta descansar (esperemos que para siempre) en la iglesia de Santa Cecilia en el Trastevere romano. En el siglo V aparecieron unos escritos que contaban detalles de su vida y su martirio. En ellos, se contaba que Cecilia había sido una cristiana ejemplar y que, durante su vida, había dado muestras de su amor por la música, como, por ejemplo, cuando en su boda, mientras los músicos amenizaban el banquete nupcial, se apartó para cantar en su corazón el amor a Dios. El caso es que, salvando el debate de su existencia real o no, el Papa Gregorio XIII en el año 1594 la nombró, para los siglos venideros, patrona de la música. Y así, el 22 de noviembre, fecha en la que se cree que nació, otros creen que es la fecha de su martirio, se celebra en la gran parte del mundo el Día de la Música.

Entorno al 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, se celebran en muchos países festivales y jornadas musicales que celebran y difunden el amor por la música. No voy a ahora a extenderme hablando de cómo la música es uno de los elementos que más engrandecen al ser humano bien sea creándola, interpretándola o simplemente escuchándola. Esta entrada sólo quiere ser un recordatorio para que, en este día, dediquemos un momento, aunque sea pequeño, a escuchar algo de música. A los músicos de todos los tiempos, a los profesores de música, a todos los que aman la música y la difunden día a día, en el día de Santa Cecilia, ¡gracias!

Os dejo para terminar, y para que el post sea "musical", la obertura de la Oda a Santa Cecilia que Haendel escribió en 1736 para los festivales que anualmente organiza la Sociedad Musical de Londres.


Hasta la próxima, suerte y musicales bendiciones.

lunes, 18 de octubre de 2010

El hombre de las mil caras...


Soy padre, esposo, hijo, hermano. Soy trabajador, vecino, amigo, alumno... También soy bloguero, bicicletero y, seguramente si hiciera un análisis más profundo, aún seré más cosas. Pero, para lo que quiero contar, con estas facetas es suficiente. Para ser responsable en cada una de las "ocupaciones" que he enumerado tengo, o tendría que, dedicarle un tiempo más o menos extenso a cada una de ellas. Teniendo en cuenta que, de lunes a viernes, el ser trabajador en horario de mañana y tarde, me ocupa muchas horas del día, estar a la altura de las demás resulta, en muchas ocasiones muy complicado. Conciliar la vida personal y familiar con la profesional no resulta nada fácil, ni es sólo cuestión de horarios. Justo en estos días estoy haciendo un curso en el trabajo y, a la vez, tenía una convocatoria para ir a una reunión de padres del colegio de mi hijo. No tenía opción a elegir. Curso o curso. A mi hijo le hubiera gustado que hubiera ido a la reunión con su madre. Siempre vamos los dos pero esta vez no ha podido ser.

Todo el mundo estará de acuerdo que, para poder ser y estar bien con los demás, hay que estar bien con uno mismo, y para eso también hay que tener tiempo. Hay que cultivarse y crecer por dentro para poder ofrecerse de verdad a los demás. No siempre es fácil.

Por otra parte, los fines de semana hay que visitar a la familia, ir el domingo a misa, quedar con los amigos, hacer la compra, limpiar la casa, ayudar a las tareas del "cole" del niño, escribir en el blog, salir a dar un paseo, leer, coger la "bici"..., sin embargo, al final, ni la mitad de la mitad.

Soy hijo, amigo, alumno, bloguero... pero, en realidad, ejerzo muy poco de mis facetas. Siempre decimos que lo importante es la calidad y no la cantidad. Será así, pero no siempre estoy de acuerdo, me gustaría más de ambas. No puedo desdoblar el tiempo, quizás podría organizarme mejor, y aún así, no todo sería como quiero. ¿Será que estoy pluriempleado? Puede, pero, a pesar de todo, no quiero renunciar a ninguna de las "mil caras" que por ahora tengo.

Desde esta entrada quiero romper una lanza para que, algún día, podamos ser todo aquello que "somos" con tiempo, calidad y, sobre todo, disfrutándolo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

martes, 12 de octubre de 2010

God save my mother...


Cuando yo empecé a flaquear en mis estudios, allá por sexto o séptimo de EGB, mi madre siempre me decía que me esforzara un poco más, que ella no había tenido la oportunidad de estudiar y que, si ella pudiera volver al pasado, cambiaría eso y estudiaría mucho. Pasaron los años, y gracias a ella y a Dios, no abandoné los estudios. Siempre estuvo vigilante y pendiente de las tareas, de las notas, de que asistiera a clase, y cuando yo traía, por razones varias, un saco lleno de calabazas, ella, entre estricta y suave, volvía a renovarme el ánimo y hacía lo que podía para que siguiera adelante. Creo que por eso y, alguna cosa más, ahora puede respirar tranquila.

Mi madre no pudo volver al pasado, pero lo que sí ha podido hacer es cobrarse la deuda de poder ir al colegio y estudiar. Cuando hace unos años enviudó, lo primero que hizo, cuando pasó el tiempo del duelo, fue matricularse en la Escuela de Adultos y, en la actualidad, cuatro años después, ahí sigue. Todos los días, presta y diligente, coge su libreta y su estuche y asiste a clase con ilusión e interés. Los dos primeros años daba clase de Matemáticas, Lengua, "Sociales", "Naturales", luego en el siguiente curso incorporó la Informática, y la última novedad ha sido el Inglés.

Doña Enriqueta cumplirá, en unos días, 80 años. Es la más veterana de la clase y, si sigue así "morirá con la perona puesta" por que de las "Mates" y la Lengua salió indemne, aunque la Informática y el Inglés creo que van a acabar con ella. Entre el verbo "to be", los "numbers" y los "colours" andan sus últimos deberes, y aunque le pone interés, el resultado de sus ejercicios más parece esperanto o noruego, que inglés. Sin embargo, su espíritu no decae y ella, sigue y persigue como si le fuera en el empeño ser dama de la mismísima Isabel II. Y así, "lesson to lesson" no cede ni un ápice en su devoción por asistir a clase. No es por que sea mi madre, pero Doña Enriqueta es todo un ejemplo de amor por aprender y no darse nunca por vencida. Por eso, en honor a sus clases de Inglés que ¡Dios salve a mi madre!

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

PD: Felicidades a las "Pilares".

martes, 28 de septiembre de 2010

¡Qué viene "el fósil"!


El 30 de septiembre vuelve a celebrarse como, desde hace siete años, el día de homenaje al maestro. La iniciativa es de la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) que, con la ayuda de empresas de creativos, ofrece a la sociedad una campaña de sensibilización con el objetivo de que aprendamos a valorar a nuestros maestros, que se potencie la relación familia-escuela, que se entienda la buena educación y la formación como herramienta para prevenir situaciones de exclusión social y que la sociedad apoye la labor de los maestros como educadores en valores junto con la familia.

Este año la campaña hace un guiño a los "motes" que todos los alumnos hemos puesto a nuestros maestros y profesores. La imagen gráfica se basa en ello. Junto al muro lleno de motes una frase nos invita a pedir "perdón" por el mote y a dar las "gracias" por todo lo "el gafas", "la yeti", "el gadafi", "el fósil" nos enseñaron (aquí cada uno pone los motes que le puso a sus maestros, yo pongo los de la campaña, por que algunos de los maestros que me dieron clase a mí, todavía le dan clase a mi hijo y no es plan).

Hay que reconocer que ponerle "motes" a los profesores no está bien, pero también hay que decir que la mayoría de ellos estaban muy bien puestos, y en general, eran cariñosos y no había una clara intención de insultar o denigrar al maestro. A pesar de eso, a ver ¿quién era el guapo que "cariñosamente" se dirigía al maestro por el mote? Se te podía caer no sólo el pelo de la cabeza sino de todo el cuerpo.

En fin, que la campaña tiene mucho arte y nos evoca buenos recuerdos de la etapa escolar. A los maestros mucho ánimo y ¡felicidades por el homenaje! la mayoría lo merecéis, a los de la FAD gracias por hacer el trabajo que hacéis y a los creativos de DDB Spain, autores de la campaña ¡enhorabuena!

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

martes, 27 de julio de 2010

A más ver, Daniel...


Cuando conocí a Daniel personalmente, el tutor de mi hijo los dos últimos años, su fama ya le precedía. Todo empezó en septiembre de 2008, cuando mi hijo tenía que incorporarse al colegio para el nuevo curso. El final del curso anterior había sido un tanto "delicado", por decirlo de alguna forma, y la designación de un nuevo tutor para los próximos años me tenía inquieto y expectante. Por eso, con un poco de agobio, cuando fui a recogerlo a la salida del primer día, la primera pregunta que le hice fue si le gustaba su nuevo tutor. La respuesta afirmativa de mi hijo "me salvó la vida". Los días siguientes corroboraron la primera respuesta, y la cara del niño al ir al colegio lo decía todo. Cuando al fín lo conocí en persona, en la primera reunión con los padres, ya habían pasado casi dos meses. Yo iba convencido que iba a conocer a un buen profesional, pero, lo que me encontré fue un buen profesional, y además una buena persona. A lo largo de los dos años que han transcurrido hasta ahora, hemos colaborado como tutor y padres en la educación de Antonio Juan, de forma que nuestro hijo ha ido avanzando y madurando. Cuando le hemos necesitado, él ha estado ahí, no ha regateado dedicación y esfuerzo, se ha implicado personalmente y ha puesto todo sus conocimientos y experiencia para ayudarnos en todo lo que hemos necesitado y, en un tema muy concreto que nos tenía muy preocupados, nos ayudó de tal forma que le estaremos agradecidos eternamente. Pero lo mejor de todo, no es que haya hecho ésto con nuestro hijo, sino que lo ha hecho con todos los niños y padres de los que era tutor y han necesitado de su ayuda. La misión de educar a mi hijo hizo que la relación tutor-padre derivara en una buena amistad que confío dure muchos años.

En los próximos días, Daniel se casa y comienza una nueva aventura en su vida. Cuando me lo contó sentí una gran alegría por él, por los dos. Su travesía hacia el altar no ha sido muy larga, y aunque, en algunos momentos ha navegado contra viento y marea, el sábado, su barco llegará a buen puerto y, toda la gente que los quiere les estarán esperando para celebrarlo. Y es que si hay alguna fiesta feliz y esperanzadora, esa es una boda. Que dos personas digan al mundo que se quieren, que se comprometen y que van a empeñarse toda la vida en hacerse feliz, creo que es la imagen más bonita que puede existir. Un amor compartido y vivido en común es el origen de mucha felicidad y de muchos parabienes. Desde este blog le deseamos a Daniel y a Mamen todo lo mejor que se puede desear y, que, como dijo el poeta, que a partir de ahora, "todas las noches sean noches de bodas, que todas las lunas sean lunas de miel".

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 11 de julio de 2010

La regla de oro...



Según el evangelista Mateo, y también de otras muchas culturas y religiones, la regla de oro para la convivencia entre los seres humanos, es "todo lo que querrías que hicieran los demás por tí, hazlo tú por ellos". En esa frase condensa el evangelista el secreto de la perfecta relación entre los seres humanos. Es evidente que no harías nada en contra de otros si tuvieras la certeza que recibirías el mismo trato inmediatamente después. Ahora bien, si supieras de antemano que el otro te devolvería el bien que le hicieras, estaríamos siempre haciendo cosas buenas por los demás. Pero... como tenemos más experiencias de no recibir el mismo trato del otro, en un caso y en otro, pues la regla de oro queda día tras día donde Mateo la puso, en el capítulo 7 versículo 12 y no en medio de la vida cotidiana.

En la actualidad, a la regla de oro la llaman "relación de ayuda", "empatía"... y más cosas que no cito ahora. Me parece bien que la llamen como quieran, mientras consigan que la gente trate a los demás bien y el ambiente mejore y la amabilidad, la afabilidad se instalen un poco más entre nosotros y las tensiones, el egoísmo y la mala educación que nos separan se alejen mucho mucho.

La vida cotidiana está llena de momentos en los que, si aplicamos la regla de oro, podemos alegrarnos un poco la vida. Si sabes que alguien que conoces está enfermo, visítalo, o llámalo o manda un sms, que alguien se interese por tí te ayuda a sanar. Si un amigo se va de viaje hazle saber que le deseas lo mejor, que alguien se alegre contigo, multiplica la felicidad que se siente. Si sabes que un compañero no está en su mejor momento personal, busca una excusa y ponte a su lado y a su disposición, cuando te ayudan a llevar una carga pesada, el alivio que se experimenta es inmenso.

Quizás, haya puesto unos ejemplos exagerados, lo admito, voy a poner unos más asequibles: si te mandan un e-mail no tardes dos semanas en contestarlo, si te invitan a comer o a cenar o no hace falta que devuelvas la invitación, pero un mensajito diciendo que lo pasaste genial y que la comida estaba riquísima, hace el mismo efecto, si te prestan un libro, devuévelo en cuanto lo leas, y para no olvidar a Mateo, si alguien te pide que le acompañes una milla, pues no seas flojo y anda dos, en la segunda milla es donde te sentirás mejor. Ya no voy a poner más ejemplos, estoy seguro que vosotros tenéis los vuestros y así hacer la lista interminable.

Y ahora, para terminar, os propongo que os pongáis en el lugar del enfermo sin visitas, del que se va de viaje, del compañero que está "chungo" o del que te ha enviado un mail y no recibe respuesta, o de tus anfitriones en la cena de ayer, o del que te prestó un libro y no volvió a ver. Uf, no te ha gustado la experiencia, ¿a qué no?

Pues ya sabéis, todo lo que os gustaría que te hicieran a tí, empieza mañana a hacérselo a los demás. Yo os aseguro que da resultado, al principio hay que tener paciencia, "hay gente pa tó", ya lo dijo Rafael Guerra "el Gallo", pero con tiempo y la insistencia en tratar bien a los demás, la cosa se va mejorando y, si somos cada día más, este mundo lo arreglamos antes de que vuelva a cambiar el milenio. Seguro.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

jueves, 18 de marzo de 2010

19 de marzo, San José


El 19 de marzo se celebra el día de San José. De él sabemos que fue el esposo de María, que era el padre "adoptivo" de Jesús y que tenía una carpintería. Pero ¿qué más sabemos de San José? Poco, muy poco. Salvo en los relatos de infancia (Mateo y Lucas), José de Nazaret no aparece en los Evangelios. En dichos relatos se nos cuenta que, sobre todas las cosas, San José era un hombre profundamente creyente, hasta tal punto, que se fio de María cuando le dijo que Dios le había dado un hijo, aceptó desposarla y hacerse cargo del niño que llevaría por nombre Jesús. Viajó a Egipto con su familia huyendo de Herodes y fue con María al Templo de Jerusalén a buscar a Jesús cuando él se quedo allí después de celebrar la Pascua. Y nada más. El resto lo aporta la tradición y la veneración por un personaje tan presente y tan desconocido a la vez.

Hay una corriente de interpretación bíblica que piensa que San José y Jesús pensaban de manera distinta, muy distinta. En el Evangelio de Lucas, en el capítulo 4, Jesús aparece en la sinagoga leyendo el libro del profeta Isaías en el que Dios habla de la liberación y la proclamación del año de gracia del Señor, pero Jesús, ha omitido el último versículo que habla de la "ira y la venganza de Dios" para los no judíos. Con esta omisión, Jesús abre la Buena Noticia a todos y no sólo a los israelitas. La reacción del auditorio no se hizo esperar con la pregunta ¿pero no es este el hijo de José? que viene a sonar a ¿cómo dice éste estas cosas siendo hijo de José? Según Lucas 1, 27, José era de la Casa de David, con lo que debía poseer una mentalidad tradicional y nacionalista. Algunos se atreven a pensar que estuvo cercano a los "zelotes" y que tuvo que morir en alguna de las revueltas que sucedieron en Galilea en los años 20 del siglo I.

Si esto es así, Jesús y su padre, como la gran mayoría de los padres y los hijos, tuvieron que tener sus diferencias, especialmente en lo que concierne a la forma de entender la liberación que Dios promete a su pueblo. Jesús desde la apertura de la salvación a todos los hombres y con medios pacíficos y José desde la exclusividad de Israel y desde la "ira y la venganza de Dios". Seguramente María, como la mayoría de las madres, sería la mediadora, y se salvaguardaría la paz del hogar de Nazaret. Al menos así lo quiero creer.

En honor a San José y, al delicado papel que le tocó jugar, quiero reconocer la difícil tarea que supone ejercer como padre para que, aunque unos y otros piensen de manera diferente, el respeto y el entendimiento entre ambos no falte nunca y tampoco una buena madre mediadora llegado el caso.

Felicidades a todos los padres, y por supuesto a los que se llaman José, Josefa, Josefina, etc.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

viernes, 29 de enero de 2010

En la fiesta de Don Bosco...

El próximo domingo, 31 de enero, se cumplen 122 años que Don Bosco o San Juan Bosco murió en Turín. A su muerte, la congregación que había fundado, tenía ya sus raíces bien asentadas, y con los años ha alcanzado un desarrollo que la coloca entre las congregaciones masculinas más numerosa de la Iglesia Católica. Creo que el número no sería un dato valorable, si no fuera acompañado de un gran servicio a los jóvenes y a la sociedad, y como estoy convencido de que hoy, los hijos de Don Bosco, cumplen con creces la encomienda de su fundador, en este caso la cantidad y la calidad van unidas.

Yo estudié con los Salesianos desde primero de EGB a tercero de BUP. Aprendí con ellos lo que fue la base de mis posteriores estudios, después un largo paréntesis se abrió entre el colegio y yo, que no se cerró hasta que mi hijo ingresó en primero de Primaria hace cuatro años. Cuando decidí abandonar el colegio para marcharme al instituto, como ya he contado en otra entrada del blog, lo hice un poco "quemado" del ambiente que me allí me rodeaba, necesitaba un cambio radical que, gracias a Dios, me salió bien. Con los años, he vuelto al colegio de otra forma, pero he vuelto.

Cuando mi hijo tuvo edad para comenzar sus estudios de Primaria, no tuvimos dudas para decidir cual sería el centro elegido. Por otros padres sabíamos que algo había cambiado en mi antiguo colegio, y, aunque los edificios eran los mismos, quienes allí esperaban a Antonio Juan estaban a años luz de aquellos que me despidieron a mí.

Nuestras expectativas no se han visto defraudadas. El primer día que estuvimos allí, en una reunión de bienvenida con los padres de los nuevos alumnos, nos explicaron que el colegio es hoy una escuela para aprender, pero también es un patio para jugar, una casa para vivir en familia con los compañeros y una iglesia para crecer y vivir la fe cristiana. Fue una explicación sencilla pero suficiente para saber que habíamos acertado. Así que cuando dejo cada mañana a Antonio Juan en el colegio, lo hago con toda la confianza y con todo el agradecimiento que alcanzo a concebir, pues soy consciente de que queda en manos de unos grandes profesionales comprometidos con sus alumnos y, que están más allá de un horario y un salario.

Hoy se ha celebrado la fiesta de Don Bosco en el colegio, el domingo lo hará toda la familia salesiana, así que vaya mi felicitación para todos.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

Foto: Estatua de San Juan Bosco. Sagrada Familia de Barcelona. 2009.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Copenhague o tú...


Estos días en Copenhague se está decidiendo parte del futuro de nuestro planeta. La cumbre reune a miles de personas expertas en medio ambiente. Allí reunidos los políticos, los ecologistas, miembros de ONGs de todos los símbolos y colores, periodistas... buscan acordar las medidas necesarias para que el planeta pueda continuar adelante mucho tiempo más. Sin embargo, las noticias que llegan desde la capital danesa no son muy esperanzadoras. La falta de acuerdo, las discusiones, las noticias manipuladas de las acciones de las organizaciones ecologistas enturbian una iniciativa en la que muchos tenían puestas sus esperanzas de que, al final, los humanos restituyeramos al planeta el daño que le hemos infligido en las últimas décadas.

De Copenhague debe salir un acuerdo que ponga las bases para que todos los países se comprometan a adoptar medidas que pongan fin a la agresión a la que tenemos sometida a la naturaleza y que está poniendo en gravísimo peligro la salud del planeta y de todas las especies que lo pueblan.

Sin embargo, parece que la cosa no va muy bien. Sin negar la importancia que tienen este tipo de acontecimientos creo que no hay que perder la esperanza. Parte de la recuperación del planeta pasa por que sus habitantes tomemos conciencia de que la tierra es como nuestro hogar. Nuestra casa la pintamos, la amueblamos, la limpiamos para que podamos vivir en ella toda nuestra vida, pues el planeta es igual, es nuestra casa común y por ello debemos mantenerla limpia y arreglada; debemos respetarla como si fuera nuestra cocina, nuestro dormitorio, nuestro salón. Es verdad que hay cosas que no dependen aparentemente de nosotros, pero si no podemos hacer nada, a lo que nunca debemos renunciar es a protestar y denunciar que la naturaleza o el medio ambiente están siendo dañados. Y la intensidad de nuestra protesta debería ser igual como si alguien viniera a nuestra casa y ensuciara nuestras paredes o nuestros muebles.

En fin, si al final, Copenangue resulta un fracaso, al menos que nos quede la acción individual y cercana, si los expertos no saben ponerse de acuerdo para salvar el planeta, pues vamos entre todos los que leemos este blog a hacer algo para que las próximas generaciones puedan disfutar del mismo. ¿Qué vas a hacer tú?

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

miércoles, 29 de abril de 2009

Maestros, médicos y sacerdotes...


Hace unos meses, en una de las primeras entradas de este blog, escribí sobre una campaña que puso en marcha la FAD. El lema de la campaña era "Luke Skywalker sería otro Luke Skywalker si no hubiese existido Obi-Wan". Era una campaña de homenaje al maestro. Hoy somos lo que somos gracias a lo que nuestros maestros nos inculcaron y enseñaron. Yo estudié magisterio pero nunca he ejercido. Desde que Antoñito Juan comenzó su etapa escolar he vuelto a tener contacto con la profesión de maestro y algunos de ellos me han hecho caer en la cuenta que más que una profesión es una vocación. Y si no es vocación no debería ser profesión.

Junto con la de los docentes creo que hay dos labores que comparten con ésta la misma raíz de vocación: la sanitaria y la espiritual, el cuidado del cuerpo y del alma respectivamente.

Recuerdo que un Obispo de Cádiz decía de sus seminaristas que, si Dios no les daba el carisma, tampoco les daba la vocación, por lo que no debían ser ordenados si no manifestaban las cualidades esperadas de un sacerdote, por mucho que ellos se empeñaran en recibir dicho sacramento. Algo parecido podríamos decir de los que se dedican al ámbito de lo sanitario. En su caso, no sólo deben estar preparados para tratar las dolencias físicas, deben aceptar que esa enfermedad está en una persona que no solo padece sino que también siente.

Creo que la dedicación de dichas ocupaciones exceden el tiempo que por contrato están llamados a realizar. Se es docente, sanitario o sacerdote a tiempo completo. El alumno, el paciente y el fiel esperan "un estar ahí" cuando les necesitan y sólo la vocación lleva implícita ese espíritu de servicio, de amor.

He conocido a personas de los tres ámbitos que únicamente ejercían la profesión pero no la vocación. Aparte de no servirme para nada, me incitaban a demonizar sobre ellos pues de lo que se espera mucho, grande es la decepción. Sin embargo, también he conocido y conozco a otros que hacen honor a su dedicación. No es cuestión de dar nombres, si alguno de ellos lee ésto no se reconocerán, son demasiado modestos para ello.

Hoy, en un tiempo que lo fácil y la falta de compromiso campa libremente en la sociedad, estas vocaciones son ejemplo y modelo de entrega y dedicación. Ellos humanizan su entorno y son luz en medio de la oscuridad de la ignorancia y la enfermedad del cuerpo y del espíritu. Sirvan estas palabras de reconocimiento.

Os invito también a participar en la encuesta y dejar vuestros comentarios.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.