sábado, 22 de agosto de 2020

Getaria, entre Elcano y Balenciaga


Getaria fue puesta en el mapa del mundo cuando nació, hace más de 500 años, Juan Sebastián Elcano, marino que, al sustituir a Magallanes, tras su muerte, completó la circunvalación de la tierra con su barco “Victoria”. 400 años después, nació, para recordar al mundo que Getaria existía, posiblemente, el mayor modisto que ha conocido el mundo de la alta costura. Hoy Getaria, recibe turistas de todo el mundo gracias a estos dos personajes que tienen en la localidad, Elcano, un par de estatuas y un monumento, Balenciaga, un museo maravilloso que permite a sus visitantes conocer la vida y obra del maestro de maestros de la alta costura.

A 60 minutos de Bilbao por la autopista AP8 visitar Getaria es una experiencia estupenda que te permite pasear por un pueblo típico vasco y conocer la apasionante vida de Elcano y Balenciaga. La marina, rodeada de estupendos restaurantes donde probar pescado fresco a la parrilla, ofrece una preciosa vista de veleros que recalan en este puerto histórico. 

El museo Cristóbal Balenciaga, está ubicado en la parte alta del pueblo. El moderno edificio está integrado en el antiguo palacio de los marqueses de Casa Torres, palacio Aldamar, que fueron mecenas del diseñador en sus inicios. La visita, que se inicia con un documental sobre la influencia de la obra de Balenciaga en la alta costura del siglo XX, te sumerge en el universo creador de Balenciaga y la genialidad de su forma de concebir la moda femenina.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones. 

viernes, 31 de julio de 2020

Una tarde en Béjar


Llegamos a Béjar con objeto de hacer noche antes de continuar viaje a Bilbao. Llegamos a la hora de comer y, tras almorzar y descansar, nos dimos un paseo por esta ciudad salmantina que conserva vestigios de un pasado más glorioso y señalado.

Alojados cerca de la antigua estación de tren, el Hotel Casa Beletri cuenta con todo aquello que se necesita para descansar si vas de camino como era nuestro caso. Desde la estación, hay una bonita vista del Béjar antiguo. Al atardecer, en la panorámica destacan la muralla medieval, el imponente palacio de los Duques de Béjar y los campanarios de varias iglesias. El tren que ayudó a Béjar en su famosa industria a textil ya no llega hasta este lugar y ahora la estación es poco más que un nostálgico recuerdo.

Paseamos por el casco histórico y pudimos encontrar unas interesantes calles porticadas, la iglesia gótica de El Salvador, el palacio ducal, hoy convertido en instituto de enseñanzas medias, el teatro Cervantes y la escultura de Don Quijote y Sancho Panza en la plaza donde se ubica. Nos sorprendió una representación del ingenioso hidalgo y su lacayo aquí en Béjar, pero una cartela se encargó de recordarnos que Cervantes dedicó su novela al Duque de Béjar, su mecenas y que es nombrado al comienzo de la novela.

Una tarde en Béjar no da para mucho más. Supongo que con más tiempo, la ciudad ofrece más atractivos. Siempre hay que dejar algo que ver para tener un motivo para volver.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.