jueves, 31 de octubre de 2013

Entre sepulturas andan los tiempos...


Halloween, la fiesta de Todos los Santos y el Día de Difuntos, se disputan con mayor o menor éxito un hueco en el calendario del otoño gaditano. Si bien Halloween parece ir ganando terreno a las otras dos, en Cádiz, aún tiene un hueco, la fiesta de Tosantos y si no que le pregunten a los pollos de la plaza cómo va la cosa. Para los que no la conozcan bien les dejo el siguiente enlace que ya publiqué en este blog.

A pesar de todo, la celebración que, en estos días, está más en el "candelero" de Cádiz, es la del día de difuntos a causa del derribo de las cuarteladas de nichos del antiguo cementerio de San José. Este camposanto, que inició su actividad en los comienzos del siglo XIX, estuvo en activo hasta 1992, año en el que fue clausurado. Desde ese año hasta la actualidad se han estado desalojando y trasladando restos desde Cádiz al cementerio existente en Chiclana. Sin embargo, aún quedan más de 3000 sepulturas en el subsuelo, con lo que el cementerio seguirá estando presente en la zona de extramuros un tiempo largo.

Mi vivienda está cerca del cementerio y con el derribo de las cuarteladas, han quedado frente a mi ventana varios panteones de los 52 que aún quedan en pie. De todos ellos uno me ha llamado, especialmente, la atención. Bajo la escultura de una mujer de triste actitud, aparece una inscripción que dice "Carmen, corta fue su vida, eterna es su felicidad". He buscado pero no he encontrado nada que me de un poco de información sobre esta sepultura. Durante días ha estado rondando en mi cabeza qué puede haber detrás de ese poético epitafio. De las varias historias que he imaginado, la que parece más verosímil es la de unos padres llorando la muerte de una hija pequeña que son confortados por la esperanza de que el alma de la niña Carmen haya ido al cielo y su felicidad sea la vida eterna. Es la más convencional pero, en estos temas, hay más literatura que realidad.

El mausoleo pronto irá al cementerio de Chiclana y con él los restos de Carmen, si es que algo queda de ella allá abajo. Carmen ya no reposará más en Cádiz, aunque a su alma, feliz por los siglos de los siglos, ya no se lo tendrá en cuenta a los que han decidido mudarla a Chiclana.

Sea por fantasmas que vienen del mundo anglosajón, sea por los Santos del mundo entero o por todos aquellos que dejaron este mundo hacia otra vida, el caso es que entre sepulturas andan los tiempos...

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.