miércoles, 29 de abril de 2009

Maestros, médicos y sacerdotes...


Hace unos meses, en una de las primeras entradas de este blog, escribí sobre una campaña que puso en marcha la FAD. El lema de la campaña era "Luke Skywalker sería otro Luke Skywalker si no hubiese existido Obi-Wan". Era una campaña de homenaje al maestro. Hoy somos lo que somos gracias a lo que nuestros maestros nos inculcaron y enseñaron. Yo estudié magisterio pero nunca he ejercido. Desde que Antoñito Juan comenzó su etapa escolar he vuelto a tener contacto con la profesión de maestro y algunos de ellos me han hecho caer en la cuenta que más que una profesión es una vocación. Y si no es vocación no debería ser profesión.

Junto con la de los docentes creo que hay dos labores que comparten con ésta la misma raíz de vocación: la sanitaria y la espiritual, el cuidado del cuerpo y del alma respectivamente.

Recuerdo que un Obispo de Cádiz decía de sus seminaristas que, si Dios no les daba el carisma, tampoco les daba la vocación, por lo que no debían ser ordenados si no manifestaban las cualidades esperadas de un sacerdote, por mucho que ellos se empeñaran en recibir dicho sacramento. Algo parecido podríamos decir de los que se dedican al ámbito de lo sanitario. En su caso, no sólo deben estar preparados para tratar las dolencias físicas, deben aceptar que esa enfermedad está en una persona que no solo padece sino que también siente.

Creo que la dedicación de dichas ocupaciones exceden el tiempo que por contrato están llamados a realizar. Se es docente, sanitario o sacerdote a tiempo completo. El alumno, el paciente y el fiel esperan "un estar ahí" cuando les necesitan y sólo la vocación lleva implícita ese espíritu de servicio, de amor.

He conocido a personas de los tres ámbitos que únicamente ejercían la profesión pero no la vocación. Aparte de no servirme para nada, me incitaban a demonizar sobre ellos pues de lo que se espera mucho, grande es la decepción. Sin embargo, también he conocido y conozco a otros que hacen honor a su dedicación. No es cuestión de dar nombres, si alguno de ellos lee ésto no se reconocerán, son demasiado modestos para ello.

Hoy, en un tiempo que lo fácil y la falta de compromiso campa libremente en la sociedad, estas vocaciones son ejemplo y modelo de entrega y dedicación. Ellos humanizan su entorno y son luz en medio de la oscuridad de la ignorancia y la enfermedad del cuerpo y del espíritu. Sirvan estas palabras de reconocimiento.

Os invito también a participar en la encuesta y dejar vuestros comentarios.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 25 de abril de 2009

Primeras comuniones y la Escolanía de Salesianos.


Hace años que no asistía a una celebración de Primera Comunión. La última fue tan espantosa que prometí, sin darme cuenta que, a veces, hay promesas que no vas a cumplir, no volver a ninguna nunca. Hoy, mi promesa como era previsible se ha roto y allí estaba, en la Iglesia del Colegio Salesianos en la Primera Comunión de Vicente, un amigo de mi hijo.

Tengo que confesar que he quedado muy gratamente sorprendido. Silencio, atención, orden, respeto y buen ambiente han sido los protagonistas de la jornada y aunque la estética (niños de marinerito y niñas de blanco y organdí) sigue siendo la misma que hace años, parece que las celebraciones religiosas van pareciéndose a lo que deben ser y no al circo que hicieron prometer mi renuncia eterna a ellas. No sé si en el resto de las parroquias y colegios religiosos la cosa ha cambiado, en los Salesianos de Cádiz sí. Lo que va detrás de la ceremonia religiosa, el desmadre en el que se han convertido la mayoría de las celebraciones festivas, de eso mejor ni hablar.

La celebración religiosa ha sido acompañada por la Escolanía del colegio en la que Antonio Juan, mi hijo, canta desde hace unos meses. De las actividades extraescolares en las que participa creo que la Escolanía es una de las que más me agrada. Educarse en la música y el canto y vivirlo con otros niños creo que es muy bueno y edificante para todos. También resaltar el trabajo de los profesores que hacen posible este trabajo: Daniel e Israel. Educar en la música a los niños es una forma de hacer que la sociedad futura, en la que ellos serán los protagonistas, sea más humana y armoniosa. Mucho ánimo a los dos por implicarse en algo así, hace falta mucho valor y mucho amor por la música.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 19 de abril de 2009

Una invitación a la alegría...


No sé de dónde me viene la sensación que después de la Semana Santa viene el verano. Supongo que de mis años en los que después de tanta actividad religiosa sólo tocaba celebrar y celebrar el tiempo de Pascua con los amigos, en las ferias, en los paseos al atardecer, en la playa, etc. Ahora las cosas han cambiado. Entre la Semana Santa y el verano quedan aún dos o tres meses de trabajo y actividades que distan mucho de ser un tiempo de relajo y vacación.

Sin embargo, aquí, en el sur, lo que hay después de Semana Santa invita más al ocio que al "ne-gocio". El propio tiempo de Pascua está para eso, para celebrar y celebrar la resurrección de Jesús de Nazaret aunque a gran parte de la Iglesia se le olvide una vez pasado el Viernes Santo. Las ferias, las romerías, la primavera en su máximo explendor, el comienzo de un tiempo estupendo, todo nos lleva a buscar la compañía de los amigos y compartir la alegría de un tiempo nuevo y lleno de posibilidades.

Desde aquí, os traslado una invitación a redescubrir un tiempo privilegiado para recuperar la alegría y a compartirla.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.