domingo, 28 de marzo de 2010

Domingo de Ramos


Jesús entró en Jerusalén rodeado de una multitud, de un pueblo que esperaba al Mesías que los liberaría de la opresión de Roma y restituiría el Reinado de Israel. Sin embargo, cuando lo vieron montado en un pollino, la gente se sorprendió, esperaban a un Mesías triunfante y lo que apareció ante sus ojos, se asemejaba más a un pobre campesino que a un gran rey. La imagen no coincidía con la idea que tenían del Mesías, y lo que había empezado en una gran ovación terminó, el Viernes Santo en la cruz, con un completo abandono, incluido el de sus discípulos. Entre el domingo y el viernes, Jesús estuvo en Jerusalén confrontando con los saduceos, escribas y fariseos partes fundamentales de su pensamiento e idea de Dios: el amor como elemento clave en la Ley de Israel, su autoridad para hablar al pueblo y buscar un nuevo orden donde los últimos serán los primeros, el dinero y la resurrección de los muertos. Los poderosos ya habían buscado la forma de eliminarle mucho antes, pero Jesús se había librado. Ahora durante esta semana, Jesús ya no tendrá escapatoria.

Hoy he salido a ver alguno de los desfiles procesionales en Cádiz. Nos hemos encontrado en la Plaza de San Juan de Dios con el paso de Jesús entrando en Jerusalén. La plaza estaba abarrotada de gente y no he podido evitar encontrar cierto paralelismo entre la multitud que recibió a Jesús en Jerusalén hace veinte siglos y la multitud de gaditanos que contemplaban el paso que representa dicho pasaje. Durante esta semana las calles de muchos pueblos y ciudades estarán llenas de gente observando los pasos que reproducen los últimos momentos de la vida de Jesús. Quizás también compartan con aquella multitud de Jerusalén el anhelo de un Mesías que haga cambiar la cosas que no van bien. Luego, al final de la semana ¿qué quedará? La respuesta nunca mejor empleada es "sólo Dios lo sabe".

La esperanza es, que algunos conserven el entusiasmo y decidan seguir a Jesús no sólo una semana al año.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

jueves, 18 de marzo de 2010

19 de marzo, San José


El 19 de marzo se celebra el día de San José. De él sabemos que fue el esposo de María, que era el padre "adoptivo" de Jesús y que tenía una carpintería. Pero ¿qué más sabemos de San José? Poco, muy poco. Salvo en los relatos de infancia (Mateo y Lucas), José de Nazaret no aparece en los Evangelios. En dichos relatos se nos cuenta que, sobre todas las cosas, San José era un hombre profundamente creyente, hasta tal punto, que se fio de María cuando le dijo que Dios le había dado un hijo, aceptó desposarla y hacerse cargo del niño que llevaría por nombre Jesús. Viajó a Egipto con su familia huyendo de Herodes y fue con María al Templo de Jerusalén a buscar a Jesús cuando él se quedo allí después de celebrar la Pascua. Y nada más. El resto lo aporta la tradición y la veneración por un personaje tan presente y tan desconocido a la vez.

Hay una corriente de interpretación bíblica que piensa que San José y Jesús pensaban de manera distinta, muy distinta. En el Evangelio de Lucas, en el capítulo 4, Jesús aparece en la sinagoga leyendo el libro del profeta Isaías en el que Dios habla de la liberación y la proclamación del año de gracia del Señor, pero Jesús, ha omitido el último versículo que habla de la "ira y la venganza de Dios" para los no judíos. Con esta omisión, Jesús abre la Buena Noticia a todos y no sólo a los israelitas. La reacción del auditorio no se hizo esperar con la pregunta ¿pero no es este el hijo de José? que viene a sonar a ¿cómo dice éste estas cosas siendo hijo de José? Según Lucas 1, 27, José era de la Casa de David, con lo que debía poseer una mentalidad tradicional y nacionalista. Algunos se atreven a pensar que estuvo cercano a los "zelotes" y que tuvo que morir en alguna de las revueltas que sucedieron en Galilea en los años 20 del siglo I.

Si esto es así, Jesús y su padre, como la gran mayoría de los padres y los hijos, tuvieron que tener sus diferencias, especialmente en lo que concierne a la forma de entender la liberación que Dios promete a su pueblo. Jesús desde la apertura de la salvación a todos los hombres y con medios pacíficos y José desde la exclusividad de Israel y desde la "ira y la venganza de Dios". Seguramente María, como la mayoría de las madres, sería la mediadora, y se salvaguardaría la paz del hogar de Nazaret. Al menos así lo quiero creer.

En honor a San José y, al delicado papel que le tocó jugar, quiero reconocer la difícil tarea que supone ejercer como padre para que, aunque unos y otros piensen de manera diferente, el respeto y el entendimiento entre ambos no falte nunca y tampoco una buena madre mediadora llegado el caso.

Felicidades a todos los padres, y por supuesto a los que se llaman José, Josefa, Josefina, etc.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Quién eres Cuaresma?


Llevamos tres semanas en el tiempo de Cuaresma, y cada día que pasa, me siento más raro dentro de ella. De más joven, me enseñaron que la Cuaresma es el tiempo en el que los cristianos nos dedicamos, con intensidad, a prepararnos a vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Que para hacerlo, la Iglesia nos ofrece el ayuno, la oración y la limosna, como elementos adecuados. Que el aspecto principal de este tiempo es la conversión del corazón y el cambio de aquello que nos aleja del Evangelio, que Dios nos ama por encima de nuestros errores, que siempre está ahí, para cuando queramos acercarnos a Él. Esto es lo que me enseñaron sobre la Cuaresma. En la actualidad, en estos tiempos que corren, cada vez que voy a la Iglesia, me recalcan con más insistencia de lo normal, lo del arrepentimiento de los pecados y el mensaje del Dios-Amor queda olvidado o silenciado. Siento que me falta algo, tengo la certeza que algo se ha caído del discurso.

¿Qué creo que me falta? Pues que me cuenten y recuenten que lo importante de este tiempo es que Dios Padre, un año más nos renueva su amor y nos ofrece su perdón. Que un año más, la Cuaresma es un tiempo para aprender que Dios tiene una infinita paciencia para con nosotros, y que, si este año no alcanzamos a convertirnos un poco más, si este año nuestra viña no da frutos, Dios no nos cortará, si no que dejará un año más para que nos abonemos, nos podemos y, demos fruto más adelante. Me falta que nos digan que lo importante del ayuno no es no comer carne de forma ritual, si no que ayunar es adoptar vivir modos de vida más austeros, en Cuaresma y el resto del año, que no seamos tan consumistas, que no acaparemos lo que otros necesitan. Que me recuerden que la oración no es rito vacío, que orar no es idolatrar, que no es palabrería, sino diálogo sincero desde el corazón, una conversación entre amigos en el que hay un "yo" y un "Tú". Que la limosna no es dar lo que nos sobra o un precio que pagar por nuestros errores, una imposición para obtener el perdón, sino un compartir lo que tenemos y lo que somos, en Cuaresma y el resto del año, que es vivir en clave de solidaridad y de servicio a los demás, ser signo de amor allí donde Dios nos coloca.

A pesar de que entiendo la Cuaresma como un tiempo lleno de oportunidad, no puedo dejar de sentir un poco de pena, ya que, por muchas veces que he ido a la Iglesia hasta el momento, escucho más un mensaje lleno de reprimendas o amenazas que de esperanza y acogida.

Por eso, a veces, la pregunta del título tiene difícil respuesta: ¿Quién eres Cuaresma?

Que cada uno conteste lo que pueda, yo solo deseo que sea una oportunidad para todos aquellos que están esperando una pista, para reencontrase con un Dios bueno que desea abrazarnos y dar una fiesta en nuestro honor.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 6 de marzo de 2010

Una década de alegrías...


Hoy, 6 de marzo, Antonio Juan, mi hijo, cumple 10 años. Una década de vida llena de salud, felicidad y amor. Desde que nació, un lunes de carnaval de hace diez años, Antonio Juan no ha hecho otra cosa que hacernos feliz a su madre y a mí. No voy a negar que la vida cambia cuando llega un niño a la pareja y, que algunos cambios, cuestan más que otros, pero el balance, una década después, es muy muy satisfactorio.

Sirva esta entrada en el blog para felicitarte, Antonio Juan, estoy seguro que los seguidores de "Dímelo en el Blog" te desean un feliz cumpleaños y que ¡¡¡¡cumplas muchos mássssss!!!.

Os dejo un vídeo que reúne algunas de las aficiones de Antonio Juan en estos últimos meses (legos, música en inglés y mucha diversión...).

Hasta el próximo cumpleaños, suerte y bendiciones.