Antes de comenzar la crisis veíamos a los bancos como un elemento más de nuestra sociedad. Están ahí desde hace siglos, guardando, custodiando, usando nuestro dinero para generar beneficios para todos, aunque especialmente para ellos. Como no había crisis, los bancos nos daban, bueno, nos prestaban dinero (un banco no da nada a nadie sin esperar algo a cambio), para poder llevar a cabo nuestros planes de comprar una casa, un coche, hacer un viaje.... Con palabras amables nos invitaban a hablar con ellos, a contarles nuestros sueños, parecían más un genio mágico que un ente financiero.
Sin embargo, la crisis ha destapado, algunos ya lo habían visto, la cara más dura e inmisericorde de la banca. Desahucios, embargos, ahorros perdidos, mucha gente arruinada es el reguero de sufrimiento y dolor que esa banca "amiga" está sembrando a nuestro alrededor.
Está más que claro que el dinero es un elemento que, a pesar de ser "necesario", no deja de ser peligroso y que, con más frecuencia de lo deseado, es origen de muchos problemas. Pero, frente a tener nuestro dinero en bancos que, sin escrúpulos, buscan el beneficio deshumanizado, podemos tener nuestro capital en la opción de la banca ética.
La banca ética, nacida hace unas décadas, resume al conjunto de entidades financieras cuyos productos no están esclavizados por el máximo beneficio y la especulación sino que invierten en economía real, es decir, que invierte en actividades que existen realmente, y no en economía financiera que es ficticia y especulativa. Además, la banca ética, y de ahí su nombre, se rige por un comité objetivo e independiente que establece los criterios de inversión. No cabe la explotación infantil, la discriminación de género, la destrucción del medio ambiente, el comercio de armas... entre las actividades donde la banca ética invierte el dinero.
Hoy por hoy, la banca ética es una opción para no ser cómplice de esa otra banca a la que no le tiembla el pulso a la hora de ejecutar un embargo, o que no acepta opciones como la dación (posibilidad de dar la casa como pago de la hipoteca y evitar un desahucio). Si creemos que otro mundo es posible, también otra banca es posible.
La opción por la que he optado es Triodos Bank. Os invito a conocer esta posibilidad para que, al menos, parte de nuestro dinero no esté teñido de injusticia y sufrimiento.
Hasta la próxima, suerte y bendiciones.