lunes, 28 de febrero de 2011

Córdoba andalusí...


Hemos venido, cumpliendo una deuda pendiente, a pasar el fin de semana del día de Andalucía, a la ciudad de Córdoba. Por venir con nuestro hijo, le hemos dado a la visita, un carácter preferentemente cultural. Así que después de instalarnos en un hotelito en el barrio de la Judería hemos salido a recorrer las calles de la ciudad.

Hay una constante en todos los mensajes que recibimos en los monumentos que visitamos. La Sinagoga y la casa de Sefarad, la Mezquita-Catedral y la Torre de la Calahorra, por encima de otros, emanan mensajes de tolerancia y comunión entre cristianos, judíos y musulmanes.

Córdoba vivió una época en el pasado, entre los siglos IX y XII, donde las tres religiones monoteístas vivieron en paz y armonía. Este respeto y convivencia pacífica tuvo como resultado un intercambio cultural y científico que dio grandes frutos, entre otros, en el campo de la medicina, astronomía, matemáticas, filosofía, teología, botánica... Sin embargo, sólo fue una época, luego la intolerancia recuperó su tiempo perdido y todo terminó.

Córdoba, Toledo, Murcia y otras ciudades españolas reivindican hoy un espíritu de paz y armonía entre las tres grandes religiones monoteístas hijas de Abrahán. Pero, bajo unos años más o menos largos, de tolerancia y aceptación, hay más siglos de guerra y destrucción por imponerse y prevalecer sobre los otros. Averroes, Maimónides, Alfonso X el Sabio buscaron y dejaron en sus escritos mensajes que buscaban el encuentro de las tres religiones pregonando que la voluntad de Alá, Yahvé y Dios no quieren el odio y la guerra sino la fraternidad y el amor entre los hombres. Tres islas en un mar de incomprensión.

Venir a Córdoba ha sido una experiencia más que interesante, en los comienzos del siglo XXI, el espíritu de la Córdoba andalusí debe volver a brillar en un mundo donde la oscuridad de la intolerancia y la confrontación brillan más de lo que debieran.

Pero no todo ha sido cultivar el espíritu, el cuerpo también tuvo su recompensa con unas estupendas berenjenas con miel, flamenquines, salmorejo y unos vinos de la tierra a la altura de tan ricos platos. Córdoba es un lugar estupendo para celebrar el día de Andalucía.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

PD: Andalucía es de los andaluces, de los españoles y de la humanidad y no de los partidos políticos.

martes, 22 de febrero de 2011

Escolanía San Juan Bosco

Hará unos tres años, mi hijo llegó a casa con la sorprendente noticia de que se había inscrito en la Escolanía de su colegio. Tanto a su madre como a mí, su iniciativa nos hizo una gran ilusión por varias razones. Las dos más importantes fueron que, primero, la decisión la había tomado él por su cuenta y riesgo sin contar con nadie y, segundo, que siendo la música algo que nos gusta a los dos, nos encantó que él siguiera nuestros pasos, pero no de oyente, sino cantando. Han pasado ya tres años y su opción no ha decaído ni un ápice. Sigue asistiendo a los ensayos durante los recreos y participa en las actividades que la Escolanía organiza. Para nosotros es un gran orgullo que forme parte de ese proyecto musical.

La Escolanía San Juan Bosco dio sus primeros pasos en el año 2006 de manos de Israel Cacheiro y de José Do Campo, por entonces, maestros especialistas de Música del Colegio San Ignacio de Cádiz. Está formada por alumnos de Primaria y ESO que, voluntariamente, se han ido incorporando año tras año. En la actualidad, sus directores son Israel Cacheiro y Daniel Serrano y se desviven por ella y la cuidan con todo su corazón, con toda su alma y todas sus fuerzas. Gracias a ellos, y al buen hacer de sus miembros, hoy por hoy, la Escolanía está presente en todas las actividades importantes que se celebran en el colegio como el anuncio de la Navidad, la festividad de San Juan Bosco, la celebración de las Primeras Comuniones, la gran fiesta de María Auxiliadora y en otras donde se le invite a participar. Especial ilusión le hace a la Escolanía cantar en la Gala de los Villancicos que la Asociación de Reyes Magos organiza en el Gran Teatro Falla de Cádiz. Esa tarde, los pequeños cantores, nerviosos pero ilusionados, dan el "do de pecho" como unos verdaderos profesionales.

Hace un año, nació el blog de la Escolanía, que recomiendo visitar para ver y escuchar todo lo que os he comentado anteriormente. Hace un par de meses los directores de la Escolanía me ofrecieron colaborar en su mantenimiento. Acepté de inmediato. Formar parte de este proyecto es muy emocionante para mí.

Creo que educar desde la música y para la música es una las mejores formas de hacerlo. La música ayuda a la socialización, al desarrollo de la psicomotricidad, de la afectividad, de la espiritualidad, engrandece el alma y aumenta la sensibilidad ante la naturaleza y el resto de los seres humanos. La Escolanía es una buena escuela para que nuestros chicos aprendan a amar la música, para que sean buenos cantores, pero sobre todo, mejores personas.

Con la música sonando, suerte y bendiciones.

martes, 15 de febrero de 2011

Goya va al cine, yo no...


El domingo pasado se celebró en el Teatro Real de Madrid la XXV Gala de los Premios Goya 2001, que distinguen lo mejor, para el gusto de los miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, del cine español. A mi mujer y a mí, nos gusta ver la gala por que nos gusta el cine español, bueno, tengo que reconocer que a mi mujer le gusta más que a mí, y que sería más correcto decir que a mí, me gusta alguna que otra película del cine español. La gala prometía, o eso se me figuraba yo, por ser la correspondiente al veinticinco aniversario, pero a la vez que pasaban los minutos y las horas, se me fue yendo la promesa al cubo de la basura. Salvo algún que otro momento original por parte de Buenafuente, lo demás era previsible y, desgraciadamente, aburrido. Pensaba que por ser el cumpleaños número 25 de la gala, ésta sería emotiva, simpática y entre premio y premio, se rendiría un homenaje no sólo a los que han hecho cine en los últimos 25 años, sino a los que, desde el principio del cinematógrafo, han hecho posible que haya cine español aún. Craso error, se ve que no respiramos el mismo aire los guionistas de la gala y yo. El colmo fue, cuando el realizador de Televisión Española, "boicoteó" el tiempo que dedican a recordar a los que se fueron al "cielo de los cineastas".

El premio del cine español lleva el nombre de unos de los pintores más significativos de la pintura española. Los académicos eligieron a Goya por que veían en sus pinturas imágenes cinematográficas. En la actualidad, las películas que se hacen parecen pertenecer a la etapa negra del pintor en la que la guerra y su enfermedad le hacen ver la vida como algo lleno de sufrimiento. Es evidente que a mí la etapa que me gusta es la del Goya vitalista de los primeros años, en los que el pintor reflejaba a una España ilustrada, viva, llena de luces y razón.

Con respecto a las películas nominadas, y algunas premiadas, no puedo decir que me gusten. Demasiada muerte, demasiado posguerra, demasiada tristeza... Comprendo que el cine tiene que reflejar la realidad, y que ésta está saturada de violencia, pena y tragedia, pero, también es verdad, que la realidad tiene amor, alegría y paz. Creo que el cine tiene el poder de cambiar la realidad y hacer que cuando me coloco ante la gran pantalla, prefiero que más que encogerme el alma, me ensanche la sonrisa, vamos que, donde se ponga una buena comedia de Colomo, Gómez Pereira o Almódovar, que me dejen de tanto "pan negro", de tanto "enterrado" y de tanta "balada triste de trompeta". Que me perdonen los "goyizados" directores, actores y guionistas, pero yo busco otra cosa en el cine, en el español y en el que no lo es.

No estoy peleado del todo con el cine español, pero si cambiara un poco de temática y de tono vital, quizás nuestra relación sería más estrecha. Esperemos que acerquemos posiciones.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 6 de febrero de 2011

¡Qué buen día!


Hace una semana que luce el sol en Cádiz. Bien es verdad que calienta poco, pero en febrero ¿qué más podemos pedir? En días laborables, se agradece ver el cielo azul y un sol brillante, pero cuando más nos gusta un día así, es en fin de semana. Paseos por la playa, cervecitas en una terraza, una excursión al campo... todo ello es posible si luce el sol. "Me gusta", he visto en facebook a alguna amiga rubricando que un domingo de sol y "calor" en febrero es una oportunidad fabulosa para pasarlo bien.

Pero, digo yo, ¿no es un día de lluvia una oportunidad estupenda para hacer planes de puertas para dentro? Una partida de trivial, de monopoly, o de un juego "al estilo de Luis y Pili", una novela "enganchante", una reunión de amigos, una "peli" en blanco y negro son también propuestas para un día gris y lluvioso que le ha dado por coincidir con el sábado o el domingo.

Fuera puede llover o lucir el sol, pero, en realidad, es dentro de cada uno de nosotros donde llueve o luce el sol. Dejarnos llevar por las circunstancias externas nos impide vivir nuestra propia vida. Que sea el tiempo o, si queremos avanzar en este planteamiento, la opinión de otros, la publicidad, u otros avatares, hará que un día, al mirarnos al espejo, un reflejo de insatisfacción nos agrie un poco la sonrisa.

Dedicar un tiempo, aunque sea pequeño, cada día a construir o reconstruir nuestro interior, es la fórmula recomendada por sabios y místicos de todos los tiempos y lugares, para garantizarnos una paz interior que nos hará ver el sol entre las nubes y considerar a la lluvia como lo que es, un regalo del cielo.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.