jueves, 12 de febrero de 2009

Vivir en clave de peregrinación...


El Hermano Héctor, miembro de la comunidad ecuménica de Taizé, ha estado en Cádiz animando la participación de jóvenes en el Encuentro de Sevilla que tendrá lugar los días 8 al 10 de mayo. Una de sus actividades en Cádiz, una oración animada por el grupo de oración, tuvo lugar el miércoles pasado en la parroquia de San Francisco Javier. Al final de la oración el Hermano Héctor intervino para invitar a cubrir, a vivir una nueva etapa en lo que ellos llaman "una peregrinación de confianza a través de la tierra".

No oía esas palabras pronunciadas de esa manera desde hace muchos años, creo que fue en el año noventa o noventa y uno, en mi última acogida en Taizé. Volver a escucharla me resultó verdaderamente emocionante.

Para la comunidad de Taizé, esta peregrinación de confianza a través de la tierra tiene un lema añadido "vida interior y solidaridades humanas". Ellos nos invitan a recorrer la vida en clave de peregrinos llenos de vida interior y generando solidaridades humanas. Pero, ¿cómo vivir todo eso en estos tiempos?

Ser peregrinos significa vivir en clave de dinamismo. Como Abrahán salió de Ur, su ciudad, para iniciar una aventura en la tierra de Canaan, nosotros debemos estar en permanente actitud de salir y dejarnos llevar por los caminos que Dios nos va suscitando. Ser peregrinos es no quedarnos estancados, no permanecer inmóviles ante la interpelación de los acontecimientos y los signos de los tiempos. Ser peregrinos es crecer, avanzar, arriesgar. ¿Y el equipaje? Poco equipaje necesitaremos si de verdad somos peregrinos que no viajeros. Confianza, es decir, Dios por equipaje. Con ella como compañera de camino no tendremos nada que temer. Los tiempos que corren pueden contemplarse como una amenaza para vivir como peregrinos. Pero ningún tiempo anterior fue fácil para los que lo vivieron. Quizás es una excusa dramatizar los tiempos que vivimos para no querer implicarse en ellos. Los peregrinos que nos han precedido tampoco lo tuvieron fácil. Ellos nos alientan a que perseveremos.

En la vida interior está la fuente que nos sostiene en el camino hacia nuestro destino. Personal o en común, la oración es el encuentro festivo con Aquel que nos ha llamado a salir de nuestra tierra para ponernos en camino hacia Él. Taizé es maestra en cultivar la vida interior como alternativa a la superficialidad vital que nos aleja de Dios. Animada por cantos repetitivos, la oración de Taizé hunde sus raíces en la oración de la Iglesia y cautiva a mayores y jóvenes con la misma intensidad.

Y, ¿qué genera el peregrino a su paso?. Amor, solidaridades humanas, caridad, da igual como le llamemos. El peregrino a su paso deja amor y fraternidad. Aquel que ha recibido el amor de Dios no puede dejar de compartirlo. Lo que hemos recibido gratis lo damos gratis y así en nuestro camino por la vida, llenos de Dios, repartimos solidaridad y regalamos amor.

Que cada día sea para nosotros una etapa de nuestra peregrinación de confianza a través de la tierra.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que bien retomar los viejos hábitos de vida orante! Enhorabuena

Antonio ST dijo...

Gracias por el comentario. Es importante que valoremos la oración como un espacio de encuentro con Dios en el que crecemos y avanzamos en nuestra fe.
PD: La próxima vez intenta identificarte.

Pilardepiedra dijo...

Querido Antonio, tus palabras siempre son profundas y se notan que las vives de verdad.

Mi fuente es mi oración interior, que hace que mantenga la serenidad, la alegría y la esperanza en el día a día.

Pero eso sí, me encanta que de vez en cuando oremos juntos.

Antonio ST dijo...

Si te encanta que oremos juntos te invito un domingo a las 20'30 horas a orar en San Francisco Javier. En cuanto te decidas me avisas y allí nos vemos. Y si alguien más se anima pues mucho mejor. A la oración en común todos estamos invitados.