sábado, 29 de diciembre de 2012

The End


En los próximos días, el videoclub de mi calle, cerrará las puertas y colgará el cartel "The End" para siempre.  Hace pocos meses cumplió los diez años de vida y, tristemente, ya no cumplirá más. Otra víctima más que la crisis se cobra, dejándonos a todos los que hemos tenido contacto con él, un poco estupefactos y enormemente apesadumbrados. En nuestro barrio dejará un hueco difícil de llenar. No era simplemente un negocio de alquiler de películas, sino un lugar de encuentro para los amantes del cine, donde siempre, Ángel, su artífice, tenía una sonrisa y una sugerencia. Gilda no era simplemente un videoclub, era el videoclub de mi calle.

Muchos negocios están cayendo víctimas de la falta de consumo que, a su vez, está provocada por la pérdida de poder adquisitivo que la crisis ha impuesto en muchas economías familiares. Si no tengo dinero, no puedo comprar, si no puedo comprar, el que vende, no gana y por tanto, es lógico que cierre sus puertas. Está claro que cuando el dinero falta en una familia, lo primero de lo que se prescinde es del ocio, de la cultura, de todo aquello que no es esencial para vivir. El cine es cultura y, el alquiler de películas para disfrutar de él, no está entre las necesidades primeras. Desde los grandes recortes hasta los pequeños, todos tienen sus consecuencias. Algunos nos afectan de forma directa y otros, de forma sutil, agrietan la existencia de muchas personas de nuestro alrededor. Aunque a algunos les puedan parecer necesarios, a mí, los recortes que estamos viviendo y padeciendo, además de muy injustos, no me gustan ni por asomo.

Enero nos deparará, además del comienzo de un año incierto, el paisaje de un barrio con un negocio menos.  Quizás nos tengamos que empezar a plantear de una vez por todas el apoyo al comercio local. A su dueño, a Ángel, le deseamos que la despedida no sea muy dolorosa y, que el comienzo de su nueva etapa, sea venturosa y llena de fortuna. Por tu trabajo y el tiempo dedicado solo te puedo decir: MUCHAS GRACIAS.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

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