Hace unos meses titulé una entrada del blog como "Hace justo nueve años..." y estaba dedicada al nacimiento de mi único hijo Antonio Juan. Hoy vuelvo a usar la fórmula de la anterior entrada para dedicarla al día en que contraje matrimonio con Inés.
El 21 de junio de 1997, hace justo doce años, Inés y yo, dimos el gran paso de comprometernos a vivir toda la vida juntos. Todo había empezado unos años antes, cuando nos conocimos mientras estudiábamos magisterio. Nuestra relación nació poco a poco, sin prisas y entre risas. Disfrutábamos del tiempo juntos, bien por motivos de estudio, bien por el mero placer de estar juntos. Pasaron unos años hasta que vimos que nuestra amistad inicial iba a más y, una noche de verano nos dimos cuenta que nuestros sentimientos iban más allá y, no sin cierto miedo, nos comprometimos. Por eso, nuestra boda tenía que ser el 21 de junio, el día que empezaba el verano.
Quisimos que nuestra boda fuera sencilla y creo que lo conseguimos. Pudieron estar todos los que nos querían y a los que queríamos: familia, amigos de toda la vida, compañeros de trabajo.. La ceremonia religiosa, lo más importante para nosotros, fue profunda, alegre, compartida y muy muy emocionante. Juan Martín Baro nos casó, no podía ser otro y, toda la comunidad de Santo Tomás estuvo allí para acompañarnos en el día más especial de nuestra vida.
Luego en la celebración festiva todo fueron risas, besos, bailes y deseos de felicidad para toda la vida. Parece que fue ayer, pero hace ya justo doce años.
Hoy sigo pensando que casarme con Inés fue la decisión más importante de mi vida y de la que nunca me he arrepentido, nunca. Hoy quiero a Inés más que hace doce años y sólo puedo pediros que gritéis conmigo por Inés hip, hip, ¡¡¡HURRA!!!.
Unos años después nació Antoñito Juan y con eso ya la felicidad tocaba techo, pero eso ya es otra historia.
Hasta la próxima suerte y bendiciones.
6 comentarios:
He visto tu entrada en mi correo y esta vez, desde luego, tenía que entrar.
Solo para decirte que me encanta, me parece tan bonito y lo percibo tan poco ultimamente que me gusta muchisimo y necesitaba ver/escuchar algo así.
Está claro que nada es un camino de rosas pero lo que también esta claro es que el amor supera todo lo que se le ponga por delante.
Desde hace un tiempo pienso que estas cosas no pasan, sino que todo se pasa; y no se trata precisamente de ser incrédula.
Por eso, me gusta lo que leo y quiero/deseo para vosotros esta felicidad para toda la vida.
Muchos besos!!
Olga:
Muchas gracias por tu comentario. Estos doce años han sido estupendos para los dos, aunque ¡¡claro que no todo han sido rosas y risas!!, pero si hay amor todo es superable.
El amor no pasa nunca, es eterno y aunque algunos tengamos que esperar más que otros, todos tenemos la oportunidad de encontrarlo.
Besos.
Hola Antonio
Quisier pensar igual que tu, lo mismo que otros muchos pero...
Hace años rompí matrimonio, SI se acabó el amor aunque ni odies ni desees mal. ¿Que lo dejamos terminar? Posiblemente.
Pero ahora y es lo que importa te deseo a ti ese pensamiento, que no se te termine nunca.
Un abrazo
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, AGUANTA sin límites...
Agustín:
Gracias por el comentario y el deseo. A veces las parejas no pueden estar juntas toda la vida. El amor es un misterio que no logramos abarcar en su totalidad y, en muchas ocasiones, no pervive. Sin embargo, es importante que el respeto permanezca incluso en las rupturas. La felicidad no está en mantener lo que ya no se sostiene de forma natural.
Un saludo.
¡Muchas felicidades! aunque sea un poco tarde.
Sois todo un ejemplo de amol... Besos
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