miércoles, 10 de marzo de 2010

¿Quién eres Cuaresma?


Llevamos tres semanas en el tiempo de Cuaresma, y cada día que pasa, me siento más raro dentro de ella. De más joven, me enseñaron que la Cuaresma es el tiempo en el que los cristianos nos dedicamos, con intensidad, a prepararnos a vivir la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Que para hacerlo, la Iglesia nos ofrece el ayuno, la oración y la limosna, como elementos adecuados. Que el aspecto principal de este tiempo es la conversión del corazón y el cambio de aquello que nos aleja del Evangelio, que Dios nos ama por encima de nuestros errores, que siempre está ahí, para cuando queramos acercarnos a Él. Esto es lo que me enseñaron sobre la Cuaresma. En la actualidad, en estos tiempos que corren, cada vez que voy a la Iglesia, me recalcan con más insistencia de lo normal, lo del arrepentimiento de los pecados y el mensaje del Dios-Amor queda olvidado o silenciado. Siento que me falta algo, tengo la certeza que algo se ha caído del discurso.

¿Qué creo que me falta? Pues que me cuenten y recuenten que lo importante de este tiempo es que Dios Padre, un año más nos renueva su amor y nos ofrece su perdón. Que un año más, la Cuaresma es un tiempo para aprender que Dios tiene una infinita paciencia para con nosotros, y que, si este año no alcanzamos a convertirnos un poco más, si este año nuestra viña no da frutos, Dios no nos cortará, si no que dejará un año más para que nos abonemos, nos podemos y, demos fruto más adelante. Me falta que nos digan que lo importante del ayuno no es no comer carne de forma ritual, si no que ayunar es adoptar vivir modos de vida más austeros, en Cuaresma y el resto del año, que no seamos tan consumistas, que no acaparemos lo que otros necesitan. Que me recuerden que la oración no es rito vacío, que orar no es idolatrar, que no es palabrería, sino diálogo sincero desde el corazón, una conversación entre amigos en el que hay un "yo" y un "Tú". Que la limosna no es dar lo que nos sobra o un precio que pagar por nuestros errores, una imposición para obtener el perdón, sino un compartir lo que tenemos y lo que somos, en Cuaresma y el resto del año, que es vivir en clave de solidaridad y de servicio a los demás, ser signo de amor allí donde Dios nos coloca.

A pesar de que entiendo la Cuaresma como un tiempo lleno de oportunidad, no puedo dejar de sentir un poco de pena, ya que, por muchas veces que he ido a la Iglesia hasta el momento, escucho más un mensaje lleno de reprimendas o amenazas que de esperanza y acogida.

Por eso, a veces, la pregunta del título tiene difícil respuesta: ¿Quién eres Cuaresma?

Que cada uno conteste lo que pueda, yo solo deseo que sea una oportunidad para todos aquellos que están esperando una pista, para reencontrase con un Dios bueno que desea abrazarnos y dar una fiesta en nuestro honor.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

4 comentarios:

El microbio cuaresmal dijo...

No estaría demás, que esta reflexión, fuera una catequesis para aquellos pastores parroquiales que vagan perdidos en algún oasis del desierto.

Pilardepiedra dijo...

Para mi la Cuaresma es una época de descubrir en qué tengo que resucitar. Todos tenemos algo "muerto-matao" en nosotros, que hemos decidido olvidar, bien por miedo, por no sufrir, por no complicarnos la vida... Pues yo en esta época me pongo a pensar en qué será eso que estoy negandome, y cuando llega la pascua resucita en mi, y le doy gracias a Dios por resucitar en mi y hacerme feliz.

Inés dijo...

La Cuaresma, un periodo para reflexionar y mejorar; la Iglesia debe poner nuevamente a Jesús en el centro, que lo tienen "arrinconao".

Antonio ST dijo...

Microbio Cuaresmal:
Bienvenido al blog. Bueno, si conoces a algún pastor le puedes dar la dirección del blog y que la lea aquí.

Pilar:
Es una buena práctica esa que propones. Recuperar lo que estaba perdido o resucitar lo que está muriendo en nosotros es la mejor manera de vivir la cuaresma.

Inés:
Pobre Jesús arrinconado por su propia Iglesia. Cada año la Cuaresma es una oportunidad que se deja pasar con demasiada frecuencia.