lunes, 10 de mayo de 2010

De trenes que viajan hacia el norte...


Aquí estoy, montado en un tren, viajando hacia el norte. Es la primera vez que escribo en ruta, pero el compromiso de no dejar de publicar, al menos una vez a la semana, me obliga a ello. Gracias a las nuevas tecnologías, puedo escribir mientras viajo en tren hacia El Escorial por motivos laborales.

Pensé que el tren iría medio lleno o medio vacío, que cada uno lo entienda como quiera, pero no, va lleno hasta los topes. Niños, mayores, mediana edad, todas las edades están representadas en el vagón, en todo el tren. Escribo desde la cafetería, huyendo de dos pequeños que viajan a mi lado y que, aburridos de tantas horas de tren, han empezado a aburrirse y a trastear a mi lado. Ya sabéis lo que decía la Reina Victoria de Inglaterra: "a los niños hay que verlos pero no oirlos". Bueno, quizás un poco drástica, pero para esta ocasión, me sirve la frase.

De las formas que hay para viajar, creo que, el tren, aún teniendo sus pequeñas pegas, es de los más cómodos y prácticos para ir desde Cádiz a Madrid. Aproximadamente cuatro horas y media que, entre un poco de lectura, un poco de siesta y un rato de cafetería, se hacen cortas y llevaderas. Ahora que puedo sumar escribir en el blog, todavía mejor.

Los trenes siempre me han inspirado aventuras, huidas y nuevos comienzos. Reconozco que es una visión muy romántica del medio de transporte, y que, en este caso, un curso formativo no tiene mucho ni de aventura, ni de huida ni de nuevos comienzos, pero, para qué voy a negarlo, salir un par de días de la rutina y de la "espesura de las mediaciones" es un buen regalo a mediados del mes de mayo.

Bueno, a lo lejos se vislumbra ya la Villa y Corte, así que voy a ir cerrando esta entrada atípica e itinerante.

Hasta la vuelta, suerte y bendiciones.

PD: Por ser una entrada "in itinere" no ha pasado por mi correctora oficial, espero que sabrán disculparme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo se te ha escapado una "s"
¡podría haber sido peor!, jajaja
Besitos y hasta la vuelta.

Inés