sábado, 22 de mayo de 2010

In vino veritas...

Mi mujer tiene un buen amigo en Granada al que ella llama cariñosamente "el catador de venenos". En la antiguedad, los catadores de venenos eran los que probaban la comida o la bebida de su señor, por si contenían algún veneno que quisiera acabar con su vida. En este caso, no es veneno lo que su amigo prueba antes que nosotros sino una serie de vinos que luego nos recomienda. Así, semana tras semana nuestras comidas y cenas son acompañadas por desconocidos caldos que, todo hay que decirlo, responden a las expectativas. Sirvan estas líneas para agradecer a Jose Mari, así se llama nuestro catador de venenos, su valentía y generosidad.
El vino se asocia al amor y a la falta de amor, acompaña la alegría y la tristeza, el éxito y el fracaso, preside la amistad, impregna profundamente el cultivo del espíritu, los negocios, la guerra y la paz, el reposo del trabajador. El vino como medicina, como ofrenda a los dioses, como elemento indispensable de la liturgia. ¿Quién no ha tomado alguna vez una copa de vino, o dos?
Tiene el vino también una cualidad desinhibidora. Depende de cada persona que, al tomar un número concreto de copas de vino, la lengua se desata y afloran nuestros verdaderos pensamientos. El vino se convierte entonces en un arma de doble filo que nos lleva, sin remedio, a insospechadas situaciones de las que cada uno tendrá que responder. Ya lo dice el adagio latino “in vino veritas”.
Sin embargo, si sabemos moderar su ingesta, el vino es parte esencial en la buena mesa, su matrimonio con la gastronomía, ha engendrado hermosos hijos. Una copa de vino con tu pareja, con tus amigos, son la imagen del paraíso. Y, en este mundo en el que vivimos, encontrar el paraíso es un regalo de incalculable valor.
Asi que, ante estos argumentos, solo me queda invitaros a levantar vuestra copa y brindar por la vida.
Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

4 comentarios:

El catador de venenos dijo...

Tu si que sabes, Antonio, tu que si sabes...

Y no olvides que nunca por muy bueno vino que sea el vino podrás saboreralo y apreciarlo si no es en buena compañía.

Y al contrario, una buena compañía y momento eleva a la categoría de reserva lo que te tomes.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Como te lo curras!! jejeje Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que cuentas.
Creo que este sábado habrá que pedir consejo a "El catador de vinos"... jajaja

Un abrazo!! Daniel

Susanita dijo...

Gracias Antonio, ojalá algun dia sepa apreciar el buen sabor del vino y sus propiedades,lo tengo pendiente..aunque al vino blanco le estoy empezando a coger gustito..
un abrazo

Antonio ST dijo...

Catador de Venenos:
Gracias por el consejo, eso procuro siempre, que haya buena compañía cuando hay una buena botella de vino. Ambos se merecen mutuamente.

Daniel:
Hacemos lo que podemos por hacer que la vida sea lo más feliz posible. El sábado creo que los vinos y la compañía, como dice el Catador de venenos, estuvieron a la altura de un gran reserva.

Susanita:
Empezar por un buen blanco es un comienzo fantástico. Te confieso que a mí es de los que más me gustan.