domingo, 2 de octubre de 2011

De otoños, baños y mangas...


El viento de levante no ha querido dejar de probar como es Cádiz en otoño y, desde hace más de una semana, se ha establecido por estos lares para deleite de pocos y fastidio de muchos. La playa que, aún en estas fechas en Cádiz, es una opción estupenda, está desierta, mejor dicho parece el desierto, por la pocas personas que se aventuran en ella y por las nubes de arena volando por doquier. Sin embargo, Cádiz es "perra vieja" y, si el levante no deja a sus hijos disfrutar en la Victoria o Cortadura, ya se encarga ella de tener un pequeño reducto donde poder refugiarlos. ¿Dónde está ese lugar donde el levante te da cuartel y te deja disfrutar de un buen bañito? Pues en la playa de La Caleta.

Contar aquí las maravillas de esta playa sería repetirse pues, largo y tendido, se ha escrito sobre ella, sin embargo, no puedo dejar de contar sus maravillas y, a modo de resumen, diré que La Caleta es una playa histórica, ha visto en sus arenas huellas de fenicios, romanos, árabes y cristianos; es artística, está abrazada por dos castillos, uno del siglo XVI y otro del XVIII, y está coronada por el Balneario de la Palma del XX. Es también plató de cine, películas como "Muere otro día" de James Bond y "Alatriste", entre otras, se han rodado allí. Pero aún hay más, La Caleta es literaria, novelas de Galdós, de Quiñones, de Pérez Reverte, de Solís, entre otros muchos han escrito de ella, en ella y para ella. Podría seguir, pero lo último que diré es que La Caleta es sobre todo la playa de los gaditanos, especialmente de los que viven en el interior de sus murallas, es su lugar de encuentro en verano, es el tema de muchas de sus letras de carnaval, es, en definitiva parte de su vida. Si sopla el levante, un bañito en La Caleta es la mejor opción, y si no sopla, también. La Caleta es tu playa, no deberías pasar mucho tiempo sin disfrutarla.

No es un baño en La Caleta lo único que nos ha traído el levante este fin de semana. Volando, volando un sinfín de jóvenes vestidos de "dibujos animados" han tomado las calles del barrio, las tiendas y los supermercados. Salir a dar un paseo con Doraemon, con Robin, con Setsu o Mario Bross resulta sorprendente, pero más alucinante ha sido ir al "super" y encontrarse en los congelados con Pokemon, en la carnicería a Pikachu y en la caja con Nekomimi.

El "veranillo del membrillo" que estamos viviendo, nos deja la cabeza atolondrada por el levante, un buen baño en el caletero mar de Cádiz y una fantasía manga que pone color al calor de un otoño que quiere seguir siendo verano.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

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