Estos días en Copenhague se está decidiendo parte del futuro de nuestro planeta. La cumbre reune a miles de personas expertas en medio ambiente. Allí reunidos los políticos, los ecologistas, miembros de ONGs de todos los símbolos y colores, periodistas... buscan acordar las medidas necesarias para que el planeta pueda continuar adelante mucho tiempo más. Sin embargo, las noticias que llegan desde la capital danesa no son muy esperanzadoras. La falta de acuerdo, las discusiones, las noticias manipuladas de las acciones de las organizaciones ecologistas enturbian una iniciativa en la que muchos tenían puestas sus esperanzas de que, al final, los humanos restituyeramos al planeta el daño que le hemos infligido en las últimas décadas.
De Copenhague debe salir un acuerdo que ponga las bases para que todos los países se comprometan a adoptar medidas que pongan fin a la agresión a la que tenemos sometida a la naturaleza y que está poniendo en gravísimo peligro la salud del planeta y de todas las especies que lo pueblan.
Sin embargo, parece que la cosa no va muy bien. Sin negar la importancia que tienen este tipo de acontecimientos creo que no hay que perder la esperanza. Parte de la recuperación del planeta pasa por que sus habitantes tomemos conciencia de que la tierra es como nuestro hogar. Nuestra casa la pintamos, la amueblamos, la limpiamos para que podamos vivir en ella toda nuestra vida, pues el planeta es igual, es nuestra casa común y por ello debemos mantenerla limpia y arreglada; debemos respetarla como si fuera nuestra cocina, nuestro dormitorio, nuestro salón. Es verdad que hay cosas que no dependen aparentemente de nosotros, pero si no podemos hacer nada, a lo que nunca debemos renunciar es a protestar y denunciar que la naturaleza o el medio ambiente están siendo dañados. Y la intensidad de nuestra protesta debería ser igual como si alguien viniera a nuestra casa y ensuciara nuestras paredes o nuestros muebles.
En fin, si al final, Copenangue resulta un fracaso, al menos que nos quede la acción individual y cercana, si los expertos no saben ponerse de acuerdo para salvar el planeta, pues vamos entre todos los que leemos este blog a hacer algo para que las próximas generaciones puedan disfutar del mismo. ¿Qué vas a hacer tú?
Hasta la próxima, suerte y bendiciones.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo con lo que dices. Por mi parte intento reciclar, ahorrar energía, inculcar a nuestro hijo estos valores,... ¡me encanta la foto!
A mi me cuesta reciclar porque pienso que no va a servir para nada, que al final los contenedores los unen, en definitva desconfío bastante de todo el proceso de reciclado y por eso me desmotiva para comprometerme. Pero a pesar de todo esto, lo hago, porque mi conciencia no me deja en paz.
Por cierto también me encató la fotografía. Besos
Publicar un comentario