sábado, 22 de enero de 2011

Todos somos hijos de las estrellas...


Una vez más, presto este espacio a Inés, bloguera en la sombra, que en esta ocasión nos ofrece una entrada sobre una de sus últimas lecturas. Inés escribe:

Con este poético título puede resumirse la lectura del último libro que acabo de concluir "La clave secreta del universo" de Lucy y Stephen Hawking. Se trata de un libro dirigido, fundamentalmente al público juvenil, pero cualquiera que tenga un mínimo interés por conocer el cosmos y el universo puede disfrutar con su lectura. Los niños protagonistas provienen de dos familias muy diferentes, George es hijo de ecologistas y llevan una vida al margen del progreso. Annie es hija de un científico que posee el ordenador más potente del mundo. Tanto unos como otros, tienen el mismo objetivo: cuidar al planeta Tierra y que éste sea más confortable para todos.

A través de este libro podéis aprender que la ciencia nos ayuda a explicar el mundo que nos rodea a través de los sentidos, la inteligencia y la capacidad de observación. Conoceréis qué son los satélites, que el átomo más simple del universo es el de hidrógeno, cuales son los planetas que componen el sistema solar y sus características, qué es un agujero negro y muchas cuestiones muy interesantes.

Este libro está escrito por Stephen Hawking y su hija Lucy. Mediante este trabajo han querido compartir con sus lectores su experiencia. Decía Lucy, en una entrevista, que su padre siempre les explicó a ella y a sus hermanos su trabajo científico de un modo sencillo, lo calificaba de "divulgador brillante".

El científico tenía 21 años, era un joven físico entusiasmado con la cosmología y la relatividad general, cuando se le diagnosticó una enfermedad que más bien era una condena fatal: esclerosis lateral amiotrófica, o enfermedad de Lou Gehrig, una dolencia neuromotora incurable que le iría inutilizando su cuerpo progresivamente hasta una muerte presumiblemente temprana. Pero Stephen Hawking reaccionó justo al contrario de como muchos lo habrían hecho en su caso y se sumergió en una frenética actividad intelectual.

Actualmente sólo puede parpadear, el resto de su cuerpo permanece inmóvil. Un sensor colocado delante de sus gafas capta la dirección de sus ojos sobre una lista de palabras distribuidas en columnas en la pantalla del ordenador que está acoplada a la silla de ruedas. Así, con los ojos, mueve filas y columnas de vocablos, elige cada palabra y va componiendo la frase, que al final un sintetizador de voz artificial pronuncia por un altavoz. Esta es su única forma de comunicarse. ¡Ésto si que es un ejemplo de ganas de vivir!

Me parece de mala educación desvelar los secretos del libro, lo que si os invito es a disfrutar de su lectura.

Y para finalizar, un extracto que ilumina el título de este post:

"Hoy en día sabemos que las estrellas se forman a partir de nubes gigantescas de gas en el espacio exterior.... Otras estrellas explotan antes de convertirsse en agujeros negros y envían al espacio toda la materia que había en su interior. Sabemos que todos los elementos de los que estamos hechos se crearon en el interior de esas estrellas, que explotaron hace mucho tiempo. Los seres humanos, los animales, las plantas, las piedras, el aire y los mares están formados por elementos que se crearon en el interior de las estrellas. A pesar de lo que pudiéramos creer, todos somos hijos de las estrellas".

Más información sobre "La clave secreta del universo"

Pdta: Esta entrada la dedico a Antonio Juan, que apunta maneras de "científico curioso".

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Que redacción más chula!

Me ha encantado la redacción que has escrito Inés. Ha sido muy guay.


Muchos besitos Antonio Juan.