domingo, 17 de abril de 2011

En camino hacia Jerusalén


Dos procesiones tienen lugar en Jerusalén en los días que Jesús llegó con sus discípulos a celebrar la Pascua. La primera la que protagoniza anualmente el poder imperial, la segunda la del propio Jesús de Nazaret, el hombre que pasó por la vida haciendo el bien y que, días más tarde de su llegada, sería asesinado en una cruz. Dos procesiones que se contraponen y que trascurren de forma paralela en aquellos días y en los actuales.

Desde el año 64 a.C., Roma dominaba Palestina de forma directa o indirecta a través de dirigentes vasallos. En tiempos de Jesús, Judea estaba bajo la jurisdicción directa del Procurador romano que no vivía durante el año en la ciudad sino que acudía a ella, desde Cesárea del Mar, sólo cuando la situación política se volvía tensa y ésto sucedía especialmente en los días de la Pascua.

De esta forma, Poncio Pilatos, el Procurador que gobierna Jerusalén, parte de su residencia en la costa para acudir a la fiesta de la Pascua. Su procesión es la del poder, de la opresión y el dominio. Montado en su caballo, animal que representa la fuerza, rodeado de sus soldados y al son de trompetas, recorre la costa hasta llegar a Jerusalén y acceder a su palacio situado en la Torre Antonia, fortaleza anexa al Templo de Jerusalén y desde la que domina la ciudad.

Mientras, Jesús de Nazaret, ha enviado a sus discípulos a buscar un pollino, representación de la mansedumbre. A su entrada, el pueblo, agita, en señal de bienvenida, ramas de olivo, símbolo de la paz, de la no violencia, es la opción por lo sencillo, lo humilde.

En los siguientes días, a Roma le tocará decidir sobre el futuro de Jesús y lo hará en consonancia a su estilo de procesión. El poder, la fuerza, la violencia caerán sobre Jesús con toda su contundencia.

Al igual que en Jerusalén en el año 30 d.C., en nuestros días, hay muchas procesiones recorriendo nuestras ciudades y pueblos. Unas desde la violencia y el mal y otras desde la paz y la bondad. Son dos formas de entender la vida. Son dos formas de recorrer la vida. ¿A qué procesión te sumas? ¿A qué personaje saldrás a recibir a las puertas de Jerusalén?

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

1 comentario:

susana dijo...

http://www.vidanueva.es/2011/04/15/extranos-en-la-tierra-de-jesus-2/

os dejo este link que me ha parecido muy interesante acerca de la situación actual de Jerusalem.