sábado, 14 de abril de 2012

Aoristo pasivo...


Aprovecho el segundo Domingo de Pascua para felicitar, desde el blog, la Pascua de Resurrección. No llego una semana tarde, la Iglesia considera tan importante el hecho de la resurrección de Jesús que el día de Pascua se extiende ocho días más como si fuera uno solo. Es la llamada "Octava de Pascua", así que ¡Feliz Pascua de Resurrección!

Tras los sucesos del Viernes y el Sábado Santo, los discípulos que no pudieron seguir a Jesús hasta la cruz están asustado y confusos. Las mujeres que sí lo siguieron están preocupadas por amortajar el cadáver. Tantas promesas, tantos anhelos han sido crucificados junto a Jesús y muerto con él. Sin embargo, no son los hombres sino Dios quien marca los designios de Jesús y Dios no ha previsto que el final de Jesús fuera el Gólgota.

Marcos, el evangelista, lo entendió muy claramente y, cuando llegó al capítulo 16 de su evangelio y se puso a escribir el capítulo donde contar la resurrección de Jesús, usó un verbo griego concreto y lo conjugo en un tiempo verbal explícito para describir este gran suceso. Me refiero al verbo "egeiro" (egeiro) que se traduce como "levantar o poner en pie". El evangelista relata que cuando las mujeres llegaron al sepulcro para embalsamar el cadáver de Jesús, el ángel que las esperaba les dice: "Cristos egerqh" (Cristos eguerze) que debe ser traducido como "Cristo ha sido levantado". Y ahí está la gran novedad, Marcos no escribió "Cristo se ha levantado" sino en la forma aoristo pasivo "ha sido levantado" por Dios. El gran protagonista del hecho de la resurrección de Jesús es Dios Padre. En Jesús, Dios nos dice que su proyecto de vida para la humanidad no ha terminado. Los poderes religiosos y políticos han querido acabar con Jesús para proteger sus intereses, pero Dios ha dicho NO. Jesús ha trasmitido la voluntad de Dios Padre que quiere la justicia, la paz y la fraternidad para todos. El poder ha querido matar a Jesús, pero Dios lo ha  resucitado de entre los muertos para validar toda su vida.

El aoristo pasivo de Marcos nos recuerda que, desde el libro del Génesis hasta nuestros días, Dios Padre ha estado siempre ahí preocupado por toda su creación y que, en Jesús de Nazaret está su palabra definitiva, que nos dice que la muerte, la oscuridad no es el final, pues en la luz del Resucitado encontramos la vida definitiva y en plenitud.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uf, vaya nivel de entrada...