sábado, 27 de octubre de 2012

Influencias...


Tengo un amigo que piensa que, últimamente, me he convertido en una "mala influencia" para su hijo mayor. No os asustéis mis queridos lectores, es, simplemente, una broma entre amigos. Nada más alejado de la realidad que yo pueda ser causa de perdición de un adolescente. Sí, es una broma, no temáis, aunque si lo pensamos detenidamente todos somos, de alguna manera, "influencia" para otros sin darnos cuenta.

Recuerdo de pequeño que mis padres se preocupaban mucho sobre las amistades que frecuentaba en el colegio y en el instituto. A casi todos los padres les ronda en la cabeza la certeza de que los amigos y compañeros de estudios pueden influir de forma negativa o positiva en sus hijos. ¿Qué padre o madre no "investiga" con quién anda su hijo/a? 

No niego que existe el riesgo de que las "compañías" pueden ser el origen de los caminos por los que pueda transcurrir la vida de nuestros hijos. Soy más partidario de creer que, si los hijos tienen claras determinadas ideas y conductas trasmitidas por padres y educadores, en ese orden necesariamente, nuestros hijos elegirán caminos que les lleven a la felicidad y el éxito, siendo así, menos vulnerables a las "malas influencias". Creo que la vacuna ideal para las combatir malas influencias es la comunicación fluida y de "ida y vuelta". A veces da "reacción" pero siempre ayuda a prevenir y, sobre todo, a curar.

Todos hemos recorrido ya una parte del camino de nuestra vida. En ese camino nos hemos encontrado con "buenas" y "malas" influencias. Sumar unas y restar las otras, depende de los valores y asideros que nos hayan trasmitido, de los anclajes que nos hayan enseñado y ofrecido para confrontar la realidad. Antes eran nuestros padres los que se preocupaban de nuestras amistades y, ahora, nos toca a nosotros. Son las vueltas de la vida. Recordar la vacuna... ¡hace milagros!

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 14 de octubre de 2012

En un lugar de la Alameda de Cádiz


En la Alameda Apodaca, unos de los lugares más bonitos de Cádiz, aún pervive el local que albergó  durante años "La Colonial", que cuando la conocí era bar de copas y ahora, en su nueva etapa, además de copas, es también un bar de tapas, música y, según reza en su publicidad, de mucho más. Yo solo puedo dar fe de sus copas y de su música tanto en la antigua etapa como en la nueva, del resto no.

Conocí "La Colonial" hace muchos años, cuando Marie France y su marido Marcelino regentaban el local. Había sido una antigua cochera pero, gracias al arquitecto Julio Malo de Molina, autor del proyecto, aquel lugar se convirtió en el local más singular y elegante de la noche de Cádiz. Su interior respondía a su nombre, un lugar de venta de artículos "coloniales" con estantes de madera llenos de productos venidos de América, de libros, revistas, botellas raras... Era un lugar con un incuestionable encanto, que unido al trato de sus dueños, la música que sonaba y el entorno que lo rodeaba lo hacía un lugar al que era difícil resistirse.

"La Colonial" fue testigo, tanto su interior en invierno, como su terraza en verano, de innumerables veladas con amigos. Sus paredes han sido testigos de maravillosas reuniones y encuentros. Ir allí siempre era garantía de haber elegido bien si se quería tomar una buena cerveza o una bien servida copa acompañada de animada conversación. Si sus paredes hablaran podrían contar innumerables secretos y confidencias, aunque estoy seguro que no lo harán, por que los lugares elegantes lo son, entre otras cosas, por saber ser discretos.

En la actualidad "La Colonial" ha cambiado de dueños, y aunque ahora es "La nueva Colonial", el local sigue conservando la esencia de lo que fue y su terraza en plena Alameda sigue siendo, para las noches de Cádiz, una maravillosa opción.

Esta entrada está dedicada a Jesús, Juan Antonio, Elena y Daniel, pero especialmente a Agnes, Agnes semper... excepcionales amigos de "La Colonial".

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

domingo, 7 de octubre de 2012

La Voz


Un nuevo programa musical ha irrumpido con fuerza en la programación de televisión para este otoño. Se trata de La Voz en Telecinco. Comenzó hace tres semanas y aún se encuentra en la fase inicial de la selección de los cantantes. Una vez escogidos tendrán, durante varias semanas, que demostrar quién es la mejor voz del país. Si queréis saber mas sobre el programa podéis pinchar en LA VOZ

Por el momento, mi mujer y yo nos hemos enganchado al mismo. Siempre lo hacemos cuando hay un concurso musical en antena. Lo hicimos con Operación Triunfo hasta que, en la quinta temporada, el presentador, el exceso de publicidad y el agotamiento del formato nos terminó aburriendo. En La Voz también la publicidad es abusiva, tanto los cortes para anuncios como la que Jesús Vázquez, el presentador, compagina con las actuaciones musicales. Es el precio que hay que pagar por ver televisión comercial.

Los cantantes una vez admitidos tendrán cuatro coaches (entrenador) musicales (David Bisbal, Rosario Flores, Malú y Melendi) que los ayudaran a preparar sus actuaciones. De los cuatro me quedo con Melendi (durante un tiempo este blog se llamó Caminando por la Vida como su canción) y con Rosario. Me gusta su espontaneidad, su cercanía con los aspirantes, su forma de expresarse y a los artistas que apoyan. 

El mercado es dueño de la parrilla televisiva y el "amarillismo" domina enormemente la programación, así que si algún programa, pese a que es casi una excusa, apuesta por la música, pues se  agradece, y así la gente joven puede encontrar una posibilidad de hacer carrera y como poco, su minuto de gloria.

En primer lugar, os dejo un vídeo de la mejor VOZ que, hasta el momento y según mi humilde opinión y sin desmerecer a otros artistas que lo han hecho "bonito", ha pasado por el programa, y en segundo lugar, la VOZ que me ha parecido más fresca y novedosa, además de interpretar un tema propio.


Ya veremos la evolución de los cantantes y del propio programa, por ahora, seguimos enganchados.

Hasta la próxima, suerte y musicales bendiciones.