viernes, 2 de abril de 2010

En el monte Calvario...


Tras su prendimiento, Jesús pasa su última noche entre interrogatorios ante el Sanedrín, Herodes y la tortura que le infligen los romanos. Cuando ya amanecía, es conducido al final del camino, al monte Gólgota a las afueras de Jerusalén. Allí, a la vista de todos, para que su muerte sirva de escarmiento a todos aquellos que osen oponerse o enfrentarse al poder establecido, está la cruz de Jesús.

La cruz de Jesús se convierte en la mañana del Viernes Santo en un signo de coherencia a la voluntad de Dios. La muerte de Jesús es un crimen y una injusticia. No es voluntad de Dios que su Hijo muera como un maldito, colgado del madero. Sin embargo, Jesús acepta su final para dejar claro que es fiel a Dios, a su mensaje de liberación del hombre a través del amor y la justicia.

En el sufrimiento de la cruz encontramos la solidaridad de Jesús con el sufrimiento de los hombres y mujeres de todos los tiempos. En la cruz, Jesús acoge las injusticias y los dolores que los últimos de la tierra padecen.

Los relatos de la cruz, nos dejan imágenes bellas y sorprendentes: Jesús perdona a sus malhechores, reune a su madre y a su discípulo amado, promete al buen ladrón el Reino de su Padre; son estampas que rebosan amor y perdón.

Las últimas palabras de Jesús encomiendan su espíritu al Padre. Queda en manos de Dios la suerte de Jesús. Su hijo ha dado todo, sin reservas, ha entregado la vida en el proyecto de su Padre. Ahora el Padre tiene la palabra. Llega el Sábado y el silencio cubrirá la tierra. Habrá que esperar a la mañana del Domingo.

Desde este blog, creemos y esperamos.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

1 comentario:

Alonso Gracián dijo...

Enhorabuena por el blog.

Dices en esta entrada: "No es voluntad de Dios que su Hijo muera como un maldito, colgado del madero. Sin embargo, Jesús acepta su final para dejar claro que es fiel a Dios, a su mensaje de liberación del hombre a través del amor y la justicia"

Quisiera comentarte que la muerte de Jesús en la cruz forma parte de la voluntad de Dios de salvar al hombre. Es voluntad de Dios salvar al hombre a través del sacrificio de su Hijo, que vino a salvarnos. Cristo viene para salvar a los pecadores, como dice la Escritura en 1 Timoteo 1, 15. Es la vida sobrenatural de Cristo, posible por su muerte en la cruz, la fuerza divina que nos libera y nos permite amar.

saludo en cristo, desde María