lunes, 7 de junio de 2010

Relaciones humanas...


El bueno de Juan Antonio Martín Baro ha querido despedir el curso teológico hablando en su Aula Bíblica sobre Jesús y las relaciones humanas. Ha planteado que el ser humano es un ser social, que la soledad puede llegar a matarle. Sin embargo, sus problemas pueden comenzar cuando alcanza la compañía anhelada. Está en nuestra naturaleza vivir en grupo, formar parte de un conjunto de personas. Pero, si bien, el encuentro con otra persona, nos puede dar la vida, también puede llegar a ser la fuente de muchas de nuestras desgracias y pesares. Del misterio de las relaciones humanas se ocupó mucho Jesús de Nazaret. A lo largo del mes de junio iremos viendo cómo desvelar el enigma. Cuando se planteó el pasado martes esta cuestión, aunque lo había escuchado antes, no dejó de impactarme.

Un amor truncado, una amistad malograda, un compañero de trabajo desafortunado, pueden llevarnos por la calle de la amargura durante meses, años, toda una vida. Pero un amor correspondido, una amistad mutua o un buen compañero de trabajo nos puede hacer infinitamente felices. Es el destino del ser humano, vivir en compañía para bien o para mal.

De las dos experiencias he tenido a lo largo de mi vida. He compartido la vida con personas maravillosas que me han elevado a lo más alto de la convivencia humana. Con muchos sigo caminando por la vida, con otros aunque no estemos cerca físicamente, no he olvidado lo que viví con ellos. Pero, también, aunque reconozco que menos, he sufrido la compañía de algunos. Algunas tardaron en cicatrizar, pero creo que ya no queda dolor, rencor tampoco.

No voy a negarlo, soy consciente que también yo habré sido el azote de otros, aunque confío que también habré sido bálsamo para muchos. No me toca decirlo a mí. Tendrán que ser otros lo que lo hagan. Espero que con el tiempo los que me hayan sufrido me hayan sabido o podido perdonar.

Para terminar, nos pese o no, somos seres sociales y por tanto, estamos bendecidos o condenados, que cada se lo aplique como quiera, a vivir con los demás. Cada uno tendrá que buscar la fórmula o truco para salir victorioso o perdedor del encuentro con otros. En junio veré qué nos ofrece Jesús, pero, si también alguien conoce cómo desvelar el misterio de las relaciones humanas, por favor, dímelo en el blog o mejor, dínoslo en el blog.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

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