lunes, 22 de abril de 2013

Adiós, mi bici, adiós...


El mes pasado mi bicicleta que llevaba conmigo casi tres años se fue, creo que para siempre. Cuando una mañana de lunes bajé al garaje para coger mi coche, me percaté que mi bicicleta había desaparecido. Me quedé de piedra cuando me di cuenta que algún amigo de lo ajeno había decidido dejarme sin mi compañera de paseos.

Tengo que reconocer que, dejar la bici con un simple candado en el garaje, era tentar mucho a la suerte, pero yo siempre he sido un sentimental y he confiado en la bondad de los desconocidos. Iluso de que quizás, algún equipo del CSI o de la UCO o por qué no las herederas de los Ángeles de Charlie encontraran mi bici y "redimieran" al ladrón. Me fui a la Comisaría de Policía a poner mi denuncia y, allí, un educado agente me tomó nota, me entregó la copia de la denuncia y me despidió con cara de condescendencia como diciendo "chico, vete comprando otra por que, lo que es la tuya, no la vuelves a ver en tu vida".

Y así, una mañana de marzo, mi bici y yo dejamos de ser pareja de hecho para pasar a ser dos amantes en la distancia y la soledad. Ahora, me paseo en otra bici más pequeña y más extraña que mi hijo muy generosamente me presta cada vez que quiero. Ya lo dice el refrán "a rey muerto, rey puesto" y yo, que intento ser práctico por encima de otros sentimentalismos, acepto sin remilgos el ofrecimiento de mi hijo y he vuelto a salir al mundo pedaleando...

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

jueves, 11 de abril de 2013

Pacem in terris...


Desde hacía tiempo tenía ganas de dedicarle una entrada a Juan XXIII. La oportunidad me la ofrece el hecho de que hoy, 11 de abril, se cumplan 50 años de que se publicara su última encíclica. La tituló "Pacem in terris"  y la subtituló de forma impresionante: "Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad". La encíclica fue prácticamente su testamento espiritual y el "Papa Bueno", como quiso llamarle el mundo, la dedicó, con gran espíritu acogedor, además de a los creyentes, a todos los hombres de buena voluntad.

La "Pacem in terris" buscaba iluminar al mundo sobre la importancia de vivir de forma pacífica y en armonía en la tierra y los caminos que hay que recorrer, en todos los ámbitos de la vida, para alcanzar la paz mundial definitiva. Redactada partiendo de la idea de que la persona, dotada de derechos y deberes, es el eje de la convivencia, Juan XXIII, atento a los signos de los tiempos, incluyó en su encíclica el apoyo a la legítima libertad de los pueblos colonizados, condenó el racismo, reivindicó el papel de la mujer en la vida pública y  demandó la ética política y el bien común. 

El pontificado de Juan XXIII solo duró cinco años. Se dijo cuando fue elegido que sería un Papa de transición. Más bien, creo que fue el Papa de la revolución que necesitaba la Iglesia Católica desde hacía años. La convocatoria del Concilio Vaticano II, que concluiría Pablo VI, supuso para la catolicidad un punto de inflexión en su vida interna y en su relación con el mundo. Juan Pablo II lo beatificó en el año 2000 como reconocimiento a su aportación a la vida de la Iglesia por ese excepcional hecho. Creo que ese "milagro" ya le hubiera valido la canonización.

El Papa Francisco ha declarado que la "Pacem in Terris" es "hoy un estímulo para empeñarse siempre en promover la reconciliación y la paz a todo nivel". 50 años después la encíclica sigue siendo un referente para el apoyo a las causas que buscan la paz y la reconciliación en este mundo en el que, desgraciadamente, aún existen muchas guerras y divisiones.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

lunes, 1 de abril de 2013

La vida breve...


Un día como hoy, pero en 1913 tuvo lugar, en el Casino de Niza, el estreno mundial de la ópera "La vida breve" del compositor gaditano Manuel de Falla. Compuso Falla esta obra para un concurso de la Real Academia de Bellas Artes de Madrid. Ganó el primer primero que consistía, entre otras cosas, la representación de la ópera en el Teatro Real de Madrid. Sin embargo, esa parte del premio nunca tuvo lugar y, Falla, cansado de esperar, decidió buscar su puesta en escena en otros lugares. Al final, fue la ciudad de Niza la que tuvo la suerte de presenciar el estreno mundial. El éxito fue inmediato y ayudó considerablemente a aumentar la fama de Falla. Al estreno de Niza, le siguió París ese mismo año y, al fin, Madrid en 1914. Salvando las comparaciones me recuerda la situación de Falla y su ópera a la de muchos españoles que buscan fuera de nuestras fronteras la proyección de sus vidas.

La obra, cuyo libreto fue escrito por el también gaditano Fernández Shaw, se desarrolla en el barrio del Albaicín de Granada y cuenta la trágica historia de Salud, mujer del pueblo que se enamora de Paco, hombre de clase alta y comprometido con Carmela, mujer de su misma condición. Paco engaña a Salud y no renuncia a su prometida. Al final de la obra, Salud muere de amor en la fiesta de bodas de Paco y Carmela. Compuesta en dos actos y en español, la opera cuenta con coros y danzas que la alejan del esteriotipo que sobre la ópera podemos tener en la cabeza. 

La vida de Manuel de Falla (1876 - 1946) se divide entre Cádiz, Madrid, París, Granada y Alta Gracia en Argentina. De constitución frágil era un hombre de una gran fortaleza interior y de fuertes convicciones cristianas. Profundamente impresionado por los sucesos acaecidos durante la Guerra Civil, entre ellos el asesinato de su amigo Federico García Lorca, decidió exiliarse en Argentina. Quizás la frase que solía decir a menudo: "me siento español cuando estoy en el extranjero y extranjero cuando estoy en España" explica la vivencia de su país. Una vez establecido en Argentina, ya no quiso volver nunca a España pese a las ofertas del General Franco. Solo lo hizo muerto para ser enterrado en la cripta de la Catedral de Cádiz. 

"La vida breve" cumple hoy 100 años desde que el público pudo presenciarla por primera vez. Para celebrarlo, os dejo una de sus piezas más famosas: la Danza.


Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 30 de marzo de 2013

He vuelto...


Nunca había pasado tanto tiempo como el que ha transcurrido entre la última entrada del blog y ésta que estoy escribiendo y que, ahora, vosotros estáis leyendo. Dos largos meses en los que han acaecido muchas cosas. Quizás la más importante, para este blog claro, es que ha pendido sobre él la posibilidad de verse en la "cola del paro" de los blogs. Por diversas causas, "Dímelo en el blog", ha estado a punto cerrar o, en el mejor de los casos, de convertirse en una página de Facebook. No voy a aburrir enumerando las causas, tampoco son tan relevantes y, además, como al final ha logrado salvarse, eso ya solventa todo lo anterior.

Volver el Sábado Santo, día del gran silencio, es también un síntoma de recuperación en el autor del blog. Parlanchín donde los haya, esta entrada es una declaración de intenciones de que todavía queda mecha para quemar. El blog de mi amiga Pilar de Piedra también está abandonando su letargo... será la primavera que los blogs altera... o quizás una intuición de que algo está cambiando a nuestro alrededor...

Tras el gran silencio de hoy Sábado Santo, vendrá el explosión de luz y alegría del Domingo de Resurrección. Para los creyentes la fiesta más grande, para el resto... bueno, como dice el Papa Francisco todos somos hijos de Dios, así que algo tan bueno no hace mal a nadie.

¡Feliz Pascua, feliz primavera y hasta la próxima suerte y bendiciones para todos!

jueves, 24 de enero de 2013

El comienzo de la historia...


En enero me toca cumplir años. Este año, por culpa de la profecía maya, pensé que me ahorraría ese defecto de fabricación pero, al final, los mayas erraron y yo me anoto un añito más.

Un tal Fukuyama dijo hace años que había llegado "el fin de la historia" y, hace poco, los mayas vaticinaban  el fin del mundo. Menuda manía de acabar con este mundo que tantos sudores nos ha costado construir. Es verdad que, muchas veces, parece que todo está tan mal que algunos pueden creer que un final, más o menos drástico, es la mejor manera de acabar. ¡Menudo pensamiento!

Cuando hay tantos hombres y mujeres que aún no cuentan para nadie, pueblos enteros hundidos en la pobreza, en la esclavitud y en la guerra, cuando todavía hay millones de seres repartidos por la tierra que no han escrito ni la primera palabra de su historia, algunos ya auguran un final. ¡Menudo egoísmo!

Esta entrada es una invitación a reescribir la historia, a llevarle la contraria a los mayas y a todos los que auguran el fin del mundo. Esta entrada es una llamada a la objeción de conciencia a todos esos que nos quieren robar el futuro. ¡Menudos agoreros!

En enero me toca cumplir años. Quiero hacerlo año tras año y quiero, especialmente, que nadie se empeñe en que deje de hacerlo. 

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

sábado, 29 de diciembre de 2012

The End


En los próximos días, el videoclub de mi calle, cerrará las puertas y colgará el cartel "The End" para siempre.  Hace pocos meses cumplió los diez años de vida y, tristemente, ya no cumplirá más. Otra víctima más que la crisis se cobra, dejándonos a todos los que hemos tenido contacto con él, un poco estupefactos y enormemente apesadumbrados. En nuestro barrio dejará un hueco difícil de llenar. No era simplemente un negocio de alquiler de películas, sino un lugar de encuentro para los amantes del cine, donde siempre, Ángel, su artífice, tenía una sonrisa y una sugerencia. Gilda no era simplemente un videoclub, era el videoclub de mi calle.

Muchos negocios están cayendo víctimas de la falta de consumo que, a su vez, está provocada por la pérdida de poder adquisitivo que la crisis ha impuesto en muchas economías familiares. Si no tengo dinero, no puedo comprar, si no puedo comprar, el que vende, no gana y por tanto, es lógico que cierre sus puertas. Está claro que cuando el dinero falta en una familia, lo primero de lo que se prescinde es del ocio, de la cultura, de todo aquello que no es esencial para vivir. El cine es cultura y, el alquiler de películas para disfrutar de él, no está entre las necesidades primeras. Desde los grandes recortes hasta los pequeños, todos tienen sus consecuencias. Algunos nos afectan de forma directa y otros, de forma sutil, agrietan la existencia de muchas personas de nuestro alrededor. Aunque a algunos les puedan parecer necesarios, a mí, los recortes que estamos viviendo y padeciendo, además de muy injustos, no me gustan ni por asomo.

Enero nos deparará, además del comienzo de un año incierto, el paisaje de un barrio con un negocio menos.  Quizás nos tengamos que empezar a plantear de una vez por todas el apoyo al comercio local. A su dueño, a Ángel, le deseamos que la despedida no sea muy dolorosa y, que el comienzo de su nueva etapa, sea venturosa y llena de fortuna. Por tu trabajo y el tiempo dedicado solo te puedo decir: MUCHAS GRACIAS.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.

martes, 18 de diciembre de 2012

A las puertas de la Navidad...


Ya está cerca, ya está a punto de llegar, como todos los años, el tiempo de Navidad. Llega a finales de diciembre para despertar varias y variadas sensaciones, opiniones y reacciones. 

Los creyentes aúnan el consenso mayor con respecto a estas fiestas. Viven la Navidad como una celebración religiosa. Ven en estos días, un tiempo privilegiado para renovar la esperanza de que Jesús nace para acompañarlos en la transformación de este mundo, en algo que se asemeje al Reino de Dios. Es verdad que hay creyentes que ven la fiesta de una forma menos comprometida y se quedan en los "nacimientos" y las liturgias, pero... al menos están cerca de acertar. Quizás un año de estos...

Luego están los no creyentes que ven la Navidad como una fiesta social y poco más. En este grupo está la gran pluralidad de sensaciones, opiniones y reacciones. Para ellos, la Navidad se convierte en la fiesta del comprar, del comer, del beber y del divertirse por encima de todo. Obligadas y comprometidas reuniones familiares, comidas de empresa, gastos impuestos en regalos y fiestas... Este año, con los recortes y la crisis golpeando a destajo, las posibilidades de actividades que supongan muchos gastos quedan suprimidas y, entonces, la celebración de la Navidad, se convertirá en una tristeza, pues si se basó todo en el tener, ahora el vacío es notorio y difícil de superar.

Realmente, la celebración navideña se ha desmesurado desde el punto de vista social. Si bien, para los cristianos el sentido de la Navidad se mantiene intacto desde el origen, el "mundo" ha tergiversado tanto la esta fiesta que ya es prácticamente imposible reconocerla en su forma de celebrarla.

Para unos y para otros, con la Navidad a las puertas, quedan pocos días para preparar la forma de vivirla. Cuando pasen, cada cual, al mirar hacia atrás, verá si el camino recorrido le ha satisfecho y le ha merecido la pena.

Hasta la próxima, suerte y bendiciones.